Capítulo 30

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- Luciana. Nieta del italiano Alonzo, ya muerto bajo mis manos- la presento con una sonrisa- Parte de la mafia Italiana, unos violadores, incestuosos. Enamorada de su tío Alessandro. Una familia de incestuosos y cerdos hijos de puta y aparte violadores.

- ¡Ti ammazzo puttana, giuro che ti ammazzo!- me grita en su idioma y me rio.

"Te mato puta, te juro que te mato".

- Ajá, ¿tú y cuantos más?. ¿Tu tío y tú?- me vuelvo a reír- No me jodas.

- ¿Y tú por qué la has delatado?, ¿qué quieres?- me pregunta el ministro. Hago una mueca de pensar antes de responder.

- Quiero matar a padre al igual que a madre y a toda la mafia. Destruirla como un dominó, empezando por los grandes- sonrío.

- Podemos matarte ahora, ya nos has dado lo que queríamos- dice el coronel.

- Cariño, porque no os conviene- no dejo mi sonrisa altiva- Sé cómo acabar con la mafia. Soy la heredera- quedan aún más impresionados, se me olvidó decir eso antes.

- No me jodas- masculla Nathaniel.

- Mi objetivo es únicamente ese, matarlos y lo primero es ir a por madre. Cuando la tengamos a ella, será cuestión de tiempo para encontrar a padre.

- ¿Por qué deberíamos creerte?- me pregunta el coronel.

- Puedo irme cuando quiera y dejaros tirados, tengo todas las de ganar con o sin vosotros- simplifico.

- Estarás vigilada- dice el ministro y yo suelto una risa sarcástica.

- No. No juguéis conmigo porque perdéis- me pongo seria y saco mi mirada sombría- No estoy para juegos, he dicho que estaré de vuestro lado no lo arruines. Ahora llevad a nuestra querida Luciana a una mazmorra.

-¡Accidenti! ¡Figlio di puttana! ¡Puttana! ¡Cagna!- me grita mientras se la lleva el coronel.

- Abuelo, ¿Me dejas hablar con Hera?- pregunta Nathaniel mirando al ministro.

El ministro asiente y se va. No quiero esta discusión, nos haremos daño; sin embargo, yo elegí esta decisión. Sacrificar a mi marido por el bienestar de mis hermanas y mío.

- No quiero discutir- no cambio de actitud.

- Entonces todo era mentira- me dice sin mirarme- Eres una mentirosa. Lo sabía, me has vuelto a joder. Maldita estúpida, bueno estúpido yo por creer que esto era real.

- No todo era mentira y lo sabes.

- Lo era todo, te quería, iba a dejar todo por tí- me mira- Eres increíble, me das asco, me das asco tú y tu familia entera. No quiero verte, no quiero tocarte, me das asco- esas palabras se me atascan en mi garganta.

- Nathaniel sabes que mientes, los dos sentíamos lo mismo; sin embargo, tengo que elegir y elegí salvarme.

- Claro y a mí que me den, ¿no?- me pregunta sin dejar de mirarme- Te quería, pero ahora no sé quién eres y a lo mejor Melisa llevaba razón. No mereces la pena.

- ¡Oh! ¡No me vengas con esas!- le grito, estoy a punto de explotar- ¿Que Melisa llevaba razón?. ¿La chica egocéntrica que me odia?- le pregunto- Te vas arrepentir de tus palabras, te lo digo de verdad.

-Eres una egoísta, que solo piensa en ti misma. Fuera no quiero verte más solo me proyectas asco- no espero nada más, solo salgo de la sala.

Paso por la sala de baile, muchos me miran mal. Arranco el coche y voy a un bar. Voy a explotar y prefiero que sea en un sitio lleno de criminales.

MISIÓN KEINOXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora