MISIÓN KEINOX

Capítulo 34/ PRIMERA PARTE

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Con mis piernas enredadas en las suyas, abrazados como si pronto llegara el fin del mundo y pudiéramos salvarnos con solo estar abrazados.
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Pasan los días en los que me la paso de la central a la calle. Lo único que hago en la central es intentar encontrar a padre.

Si lo encuentro, yo estaré más segura y al bebé no lo mataran por ser un bastardo. Pero no hay manera de encontrarlo, lo he intentado de todas las formas posibles, he intentado ver si tiene contacto con alguien o se comunica con alguien en código morse, pero nada.

Hay un miedo, que mi cerebro me lo recalca una y otra vez. Si sale niña, la querré, pero me reiterará el echo de que se librará una gran guerra.

Padre se sabe esconder bien y no hay ningún paradero de él, está respaldado por la mafia ya que le juran pleitesía. Todavía no ha enviado ningún ataque y por ahora nadie sabe sobre el embarazo.

Cuando vuelvo a casa, más de lo mismo, intento buscar al menos algo, pero nada. También me encargo de la casa grande que tengo, les mande una carta a los sumisos y un cheque con bastante dinero, es una pena, pero tengo que serle fiel a mi futuro esposo, ellos no han puesto pegas saben que no pueden hacer nada.

Bella me lleva casi todas las tardes a ver iglesias y si no fuera mi amiga ya hubiera estado muerta.

Acabo con los tobillos hinchados, con ronchas y dolor de cabeza. Tengo claro que jamás saldré a caminar con ella. Marcus más de lo mismo; sin embargo, con la gran diferencia de que él me sienta en una silla y me da trozos de tarta para saber cuál de todas me gustan.

Nathaniel se encarga conmigo de la tarta y decidimos las flores, al igual que la ropa que usaremos. Anat me envía cada cinco minutos vestidos diferentes, al parecer se lo ha tomado bien.

Bella no solo se encarga de la iglesia, también de los invitados. Le he avisado de que no queremos mucha gente, ella se encarga con Henry.

Al final hemos decidido una boda civil, en un sitio precioso que parece un palacio no obstante, antes de ir al palacio, tenemos que dar el sí quiero en la central, pero será rápido y los votos se harán en el palacio.

Confío en Bella para los invitados, ya que no tenemos muchos amigos y Henry tampoco creo que tenga muchos.

Raine es otro dolor de cabeza, en la que no para de mostrarme vestidos para cuando tire pétalos en el pasillo de la central, no será la única que tire pétalos, ya que ha insistido en que Fenrir coja la cesta de pétalos para que ella los tire.

Me parece buena idea, a Bella no le hizo mucha gracia, pero la convencimos juntas. Raine tiene mucha ilusión por tirar los pétalos.

Tenemos casi todo listo y hoy, un día antes de la boda, estoy con Nathaniel en una cafetería, ya que no hemos tenido tiempo para respirar y estar juntos, estos días hemos estado rodeados de gente y la madre de él ya tiene mi vestido diseñado y listo para la boda.

- ¿Tienes los votos?- me pregunta Nathaniel, lo miro y río.

- ¿Tu Badboy con cara de un chico bueno me pregunta a mí, una diosa, si tengo los votos de nuestro matrimonio?- le pregunto con burla- ¿Quieres saber la respuesta?- asiente- No.

- Yo tampoco, y no podemos llegar a la fiesta sin decir los votos- habla él.

Esto me empieza a dar dolor de cabeza.