Capítulo 21

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Desayunamos entre los chismes de Raine y Bella le sigue el rollo, preguntando los nombres de cada uno y los chismes de los profesores del jardín, parecen dos viejas hablando.

Dejamos el desayuno y yo me aparto para avisarle a un escolta que baje mis maletas sin que se de cuenta Raine.

Subimos a mí coche y vamos a dejar a Raine en el jardín. Cuando llegamos la bajo y me quedo a su altura.

- ¿Por qué no veremos la película?- me pregunta cuando ve que me agacho.

- Raine preciosa, tengo que irme unos días- le hablo y veo como empiezan a lagrimear sus ojos- Pero no quiere decir que no vayamos a hablar- la intento tranquilizar antes de que empiece a llorar; sin embargo, sirve de poco.

- Raine, nosotras lo pasaremos genial- le habla Bella para que deje de llorar- Veremos Frozen y comeremos helado juntas.

- ¡Yo quiero a Hera!- grita- ¡Yo iré contigo!- me rompe un poco el corazón ver su cara roja y las lágrimas desbordadas.

- Raine, vendré antes de que te des cuenta. Además, no tardaré. Tú tienes que cuidar a Fenrir, me lo prometiste y las promesas entre hermanas nunca se rompen.

- ¡Pero y si te pasa algo!- sigue gritando- ¡¿Quién te abrazará por la noche?!.

- Raine, no tardaré. Ahora tenemos que despedirnos- sigue llorando, pero me abraza.

Me abraza fuerte, Bella se la intenta llevar, pero Raine se resiste. Sigue llorando, Bella me ayuda a que Raine se suelte de mi por motivación propia, hay veces que me impresiona sus dotes de psicología.

Se lleva a Raine en brazos mientras yo me despido con la mano. Bella vuelve a venir y se sube al coche para que la lleve a su centro psicológico, ya que también ayuda a personas con problemas mentales. Antes de llegar me abraza y le doy un sobre con quince mil euros, ella no para de llorar.

-Por si necesitáis algo y no puedo ayudaros- le extiendo el sobre y ella no para de llorar con hipidos- Joder, controlate que voy hacer lo que me pediste- hablo refiriéndome a quedarme en Arabia y disfrutar. Le doy una sonrisa que se le contagia- Pero tendré que volver a casa para meter vestidos.

- No hace falta, hay otra maleta en el coche con vestidos de puta, maquillaje, perfumes y tacones de diez centímetros- me sonríe sin parar de llorar.

- ¡Deja de llorar de una maldita vez!- le grito.

- ¡Hay que expresar los sentimientos!- me devuelve el grito con una sonrisa en la cara- Estaremos bien, disfruta, te llamaremos todos los días- me da el último abrazo y beso.

Me dirijo a la central que está a media hora. Llego a la central y hay bastante ajetreo, no entiendo por qué si todavía faltan dos días para la misión y yo no vuelvo a casa para prepararme físicamente con mis compañeros.

Salgo del coche y Martha me intercepta, no me dice nada solo me coge del brazo y me lleva a la sala de reuniones. Cuando llegamos nos sentamos y me mira.

- Uno, ¿Que Coño te ha pasado en la cara?. Dos, menos mal que te he encontrado antes de que Nathaniel entre y tres, ¡ni siquiera me has invitado a una copa para agradecerme todo lo que te he ayudado!- le tapo la boca antes de que grite más.

- Uno, la cara nada importante- le respondo quitando la mano de su boca, muchos nos miran- Dos, gracias y tres, te invitaré, ¿pero de qué va esta reunión?.

- Ni idea, solo sabemos que Nathaniel nos ha llamado a todos- entra Nathaniel enfadado.

- Salimos ya- demanda nada más se sienta- La misión se adelanta, preparad todo. Hemos tenido suerte de que llevamos preparando esta misión semanas antes, porque con este imprevisto antes hubiera sido imposible hacer la misión- todos quedan confundidos- ¡A que esperáis!. ¡Vamos, vamos, vamos!- nos saca de la sala, me mira fugazmente, pero yo no me paro, no le doy tiempo a que me vea la cara.

MISIÓN KEINOXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora