Algo nuevo

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POV NATALIA:

Había estado durante todo el día pensando en la noche de anoche... y que noche... Jamás había sentido algo igual en mi vida, jamás nadie me había querido como ella lo había hecho anoche, y es que no podía dejar de sonreír si pensaba en ella, y ya me dolían las mejillas de tanto hacerlo. Había pasado toda la tarde con mi hija, habíamos estado jugando a sus juegos preferidos, habíamos hecho los deberes de la escuela juntas y habíamos pintado muchos dibujos, aunque eso acabó en burlas hacia mi persona, a las que se acabó uniendo Alba llenándome aún más el pecho si cabía. Había sido un día maravilloso en su plenitud, hacía tiempo que no recordaba un día tan bonito como el de hoy, hacía mucho tiempo que no era tan feliz.

En esos instantes me encontraba jugando con Oli, pero ya había empezado a caer la noche y la hora de dormir para mi pequeña había llegado.

"Oli, nos vamos a ir ya a dormir eeh, que es tarde"

"Mamii, otro ratito más porfi" - me miró con un puchero en los labios y carita de corderito.

"No mi amor, mañana tienes clase, a dormir" - me levanté del suelo para ayudarla a recoger todos los juguetes.

"¿Puedo despedirme de Albi?"

"Puedes despedirte de Albi" - Oli salió corriendo escaleras abajo en busca de Alba para despedirse de ella, y mientras lo hacía yo le fui preparando la cama para acostarla.

"Ya esta mami" - entró en su habitación con una sonrisa en el rostro.

"¿Ya? Pues a dormir" - no tardó mucho en caer rendida, así que salí de la habitación lo más sigilosa posible para no despertarla y me dirigí a la biblioteca, imaginé que Alba estaría esperándome en ella. Y así era, tal y como había predicho Alba estaba sentada donde siempre, mirándome con una sonrisa pícara en el rostro mientras yo cerraba la puerta tras de mí.

"Hola mi señora" - dijo con tono meloso.

"Hola amante bandida" - me acerqué a ella para sentarme a su lado, y en cuanto me senté no me dio tiempo a actuar, se lanzó a mis brazos uniendo su rostro al mío dejándolo a escasos centímetros - "¿no me piensas besar?" - dije al ver que no daba el paso.

"Por todo el cuerpo si me dejas" - su voz era ronca.

"Por favor"

"Llevo todo el día queriendo besarte"

"Pues no se a qué esperas" - entonces acabó con la insignificante distancia que había entre nosotras uniendo sus labios con los míos, empezó siendo un beso sutil, un roce de labios que ambas nos encargamos de profundizar haciendo que entrasen en batalla nuestras lenguas, mordiendo nuestros labios con desespero y volviendo nuestras respiraciones completamente aceleradas - "Alba..." - frenó sus acciones mirándome expectante a los ojos - "vamos arriba"

...........

Cerramos la puerta de mi habitación con cuidado de no hacer ruido y en el mismo momento en que sonó el cerrojo Alba se lanzó a mi cuerpo, haciendo que la tomase a horcajadas en el aire. Nos besamos, nos mordíamos los labios con desespero, nos acariciamos con nuestras manos, pero queríamos más, necesitábamos más... Me senté con ella en el borde de la cama y empecé a desabrochar su vestido con delicadeza. Una vez estuvo desabrochado acaricié toda la extensión de su espalda, usando mis uñas para erizar su piel a mi paso. Abandoné sus labios para bajar mis besos a su cuello, lamiendo y mordiendo su piel haciendo que jadeara cerca de mi oreja y mandando con esos jadeos calambres en mi bajo vientre.

Volví a besarla y le quité del todo su vestido, lanzándolo por los aires. Mordí sus clavículas después de observar con deseo su cuerpo sentado sobre el mío, bajé mis besos a sus pechos, que estaban completamente erectos frente a mí. Acaricié sus costados con mimo y entonces Alba empezó a mecer su cadera en busca del contacto que le estaba haciendo falta.

Amar entre cuatro paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora