POV NATALIA:
Nos metimos en mi habitación y nada más cerrar la puerta resurgió la magia, nos acercamos poco a poco hasta quedar una frente a la otra y nos miramos con auténtica devoción, estaba claro que saltaban chispas.
"Me tienes que contar muchas cosas" - besé su nariz en un gesto cariñoso y acaricié su mejilla tras sus palabras.
"Creo que tú tienes más cosas interesantes que contarme a mí" - me sonrió rodeando mi cintura con sus brazos.
"Ambas pues" - la miré profundamente - "No sabes cuanto he deseado este momento" - dije en voz baja cerca de su rostro.
"Tantas como las he deseado yo" - nos besamos con cariño, era un beso tierno, necesitado pero delicado. Y nuestras manos fueron a dar con los botones de nuestros vestidos, que fueron desabrochados sin prisa alguna mientras nuestras bocas batallaban por ver cual de las dos daba más amor. Los vestidos cayeron al suelo y nosotras nos desplazamos a la cama sin apenas separar nuestras bocas - "Amor" - frené mis movimientos para mirarla embelesada - "dime que esto no es un sueño"
"No lo es" - y volvimos a besarnos, esta vez con más desespero, anticipando con nuestros movimientos la noche que íbamos a tener. No nos podíamos quitar los ojos de encima en ningún momento, tan solo queríamos mirarnos, llevábamos demasiado tiempo sin hacerlo. Entonces Alba me empujó poco a poco hasta la cama, donde caí de espaldas quedando completamente tumbada frente a ella. Se subió encima de mi con delicadeza y me besó de nuevo con cariño. Y esa noche hicimos el amor, largo y tendido, habiendo risas de por medio a causa de la torpeza que nos provocaban los mismos nervios y lágrimas de felicidad por vernos amándonos de nuevo, hubieron caricias pausadas y besos robados, también hubo tristeza por todo lo que habíamos sufrido estando separadas, pero hicimos el amor con el alma, al fin y al cabo nos amábamos con ella.
............
Al día siguiente me desperté como hacía mucho tiempo que no me despertaba, feliz, con ganas. Me giré en la cama y vi a mi lado esa cabellera rubia que me volvía completamente loca y suspiré sintiendo que el aire que ocupaba en mis pulmones me sobraba, me sobraba porque ahora ya lo tenía todo junto a mí. Alba estaba plácidamente dormida así que decidí despertarla entre mimos, besos, caricias y cosquillas que hicieron que ella volviese a reír enloqueciéndome con el sonido de su risa. No tardamos en irnos a asear, y esta vez lo hicimos juntas, sin miedo a ser descubiertas, sin necesidad de salir corriendo, juntas, tal y como nos merecíamos. También fuimos juntas a despertar a mi pequeña, que al vernos a ambas junto a su cama festejó ese hecho como si fuera el día de navidad. La llevé al colegio después de su rutina mañanera y cuando llegué a casa de nuevo ya habían llegado Noemí y Rafi, esta última con su maleta llena de sus pertenencias y con una sonrisa cegadora.
"Hombree, si ya tenemos aquí a mi suegri" - le di un abrazo cariñoso y ella se rió en mi hombro, parecía mentira que pudiese bromear sobre ese tema con la madre de mi amada, era surrealista.
"Bueno Rafi, luego deshaces la maleta y haces lo que tengas que hacer, ahora a desayunar, todas" - Noemí palmeó las manos y fue poniendo los platos sobre la mesa con el desayuno pertinente. Y en seguida estuvimos todas sentadas en la mesa con nuestra comida enfrente.
"Rafi, ya se lo dije anoche, pero quería recordarle que el trabajo es suyo, seguirá cobrando lo mismo que cobraba hasta ahora" - la miré mientras cortaba un trozo de pan.
"Gracias mi señora" - Rafi me sonrió agradecida y yo le devolví la sonrisa sincera.
"Por favor, deja de llamarme así, nunca me ha gustado que lo hicieran, pero menos ahora que somos familia"
"Esta bien" - Rafi asintió sonriente.
"Y Albi, a ti no te digo nada porque se que estás contenta con tu trabajo, asi que bueno, ya que tú conoces a tanta gente como nosotras... por el tema del local clandestino y eso... era por si sabias de alguna chica que este interesada en cuidar de Oli cuando yo no pueda" - la miré esperanzada. Realmente prefería contratar a alguien que fuera como nosotras, no quería arriesgarme a ser descubiertas de nuevo y que nos amenazaran con contarlo, no quería verme en las mismas otra vez.
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Amar entre cuatro paredes
FanfictionNatalia, una joven viuda de un acaudalado aristócrata, se encuentra que tras la muerte de su marido nada es como ella esperaba, se queda sola con una hija a la que criar y se ve envuelta en el cuidado de una de las mayores mansiones de Madrid, pero...