Eva

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2 años después

POV NATALIA:

"Madre, tengo que contarte algo" - estaba con Oli tranquilamente sentada en el jardín mientras tomaba el té viendo el agua de la fuente caer, ese era uno de los tantos hábitos que me había pegado Alba, cuando mi hija me llamó la atención con su afirmación.

"Dime"

"Me he enamorado, creo" - sonrió y sus mejillas se tiñeron de rojo de inmediato, ya lo creo que se había enamorado.

"¿De veras?¿Y quien es el afortunado?" - sonreí observando el gesto de su cara con atención.

"Es afortunada" - pestañeé repetidamente, me quedé en silencio por unos segundos y tras pensarlo un par de veces hablé.

"Vaya, una mujer"

"¿Y esa cara?" - Olivia me miró entrecerrando los ojos con el ceño fruncido.

"Nada cielo, está bien, sabes que eres libre de amar a quien quieras" - le sonreí forzosamente, y aunque fuera real mi discurso de amor libre, el afán de protección de una madre hacia su hija estaba por encima de todo.

"Si, pero no te ha hecho mucha gracia"

"Hija, yo solo quiero que seas feliz, y sabes que con una mujer no es fácil, tienes que tener mucho cuidado" - la miré dejando de disimular el gesto de preocupación que estaba amenazando con salir desde que me había corregido.

"Soy consciente madre" - me miró con seguridad y en ese jardín tan solo reinó el silencio por unos segundos. Pensé en que realmente su felicidad iba a ser hacerle caso a su corazón, así que decidí mostrarle apoyo e interés.

"¿Quieres contarme cómo es?" - dije con una sonrisa amplia.

"Se llama Eva y tiene dos años más que yo. Es morena con los ojos enormes y oscuros, tiene el pelo largo y ondulado, huele a rosas, tiene una sonrisa de infarto y su cuerpo... madre que cuerpo tiene" - su cara lo decía todo mientras hablaba, mostraba esa típica sonrisa de bobalicona que una pone cuando se enamora, y por poco se le cae la baba hablando de la chica. Pero a mí no me pasó desapercibido un detalle de lo que dijo.

"¿Y como has visto tu su cuerpo si puede saberse?" - fruncí el ceño expectante sin quitarle el ojo de encima.

"Pues viéndoselo" - se encogió de hombros como si fuese la respuesta más obvia del mundo.

"¿La has visto desnuda?" - alcé las cejas con sorpresa, no me lo podía creer.

"Eeeh, si" - por su gesto parecía que no entendía nada, su cara era un poema.

"Olivia"

"¿Que? No me seas antigua madre ¿acaso no puedo tener relaciones?"

"No es eso hija ¿donde lo has hecho?" - si ya le temía sabiendo que se había enamorado de una chica, saber que la otra muchacha le correspondía y que para colmo habían ido a más acentuó mis temores. Obviamente mi preocupación era otra de la que pensaba mi hija, mi preocupación no estaba vinculada a un embarazo o a que mi hija se lo pasara bien.

"Eso da lo mismo" - dijo ella cortante.

"No da lo mismo Olivia, os pueden ver" - me miró atentamente - "apenas tienes dieciocho años y entiendo que no piensas en las consecuencias en ese momento, pero tienes que ser consciente de que puede ser muy peligroso" - intenté hacerle entender a Olivia el peligro que conllevaba que alguien pudiera verlas, pero Olivia no parecía asombrada ante mis palabras.

"Si que las pienso madre, no nos va a ver nadie" - Olivia intentó tranquilizarme, pero obviamente no lo consiguió.

"¿Sus padres lo saben?"

Amar entre cuatro paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora