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Un señor de barba notoria y de unos aproximados cuarenta años, se encontraba en el patio comedor de un distinguido restaurante. Fumaba con calma ante la espera de JungSu, su mano derecha y fiel trabajador.

— ¡Lo siento mucho, señor Haru! —apareció de repente, corriendo con apuro hasta llegar y sentarse al frente de su jefe.

— Está bien, no te preocupes. Tienes suerte de que pensaba quedarme en Praga por más tiempo. ¿Qué noticias tienes?

— ¡Ah sí! ¡Es sobre el Wonseog! —gritó eufórico, Haru le tapó la boca rápidamente. Mirándolo con enojo y unas tremendas ganas de querer matarlo. No le costaría nada.

— ¿Es que eres idiota? —susurró, sin sacar aún su mano de la boca de JungSu. — No puedes hablar del diamante tan a la ligera. ¿Entendido?

JungSu asintió muchas veces y carraspeó luego de que su jefe lo soltó.

— Lo siento mi señor, pero es que ha llegado una propuesta. Un tipo quiere vendernos el diamante. —habló en voz baja esta vez, con discreción.

— ¿Quién es?

— No ha querido revelar su identidad, pero nos llegó a enviar las pruebas suficientes que muestran que sí tiene en su poder lo que queremos.

De inmediato, Haru sonrió complacido, dio la última calada al cigarro y lo desechó en el pequeño recipiente de vidrio.

— Si le doy la joya a Gwon, no dudará en darme un 20% más de las ganancias. —habló esperanzado. — Quiero eso lo más pronto posible.

— Entendido mi señor.

— Llama a Kwang y dile que se encargue del encuentro con el tipo, quiero la joya este fin de semana. —demandó tajante.

JungSu asintió varias veces y lo miró fijamente.

— ¿Y? —Haru elevó una de sus cejas.

— ¿Cómo dice? —preguntó inocente.

— ¡¿Qué esperas?! ¡Muévete ya! —gritó alzando levemente las manos. — ¡Anda y abre una cuenta en el banco!

— Uh, sí. Sí, señor Haru. —y como por arte de magia, JungSu se levantó con rapidez. Dio muchas reverencias en modo de despedida y salió corriendo del campo visual de su jefe.

— Idiota. —susurró para luego pedir una copa de vino tinto al mesero.

En un restaurante de baja calidad, ubicado en los barrios más altos y marginados del lugar, un apuesto rubio de gafas oscuras, estaba sentado jugando con un cubo mágico de plata entre sus manos

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En un restaurante de baja calidad, ubicado en los barrios más altos y marginados del lugar, un apuesto rubio de gafas oscuras, estaba sentado jugando con un cubo mágico de plata entre sus manos.

Nuevamente revisó la hora en su celular e hizo un pequeño mohín, estaban tardando demasiado.

— Muy buen día, joven. ¿Qué le traigo para comer? —habló un adolescente con una media sonrisa.

The Wonseog  :: YoonNam ↷ ·˚ ༘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora