❝El diamante más valioso del mundo ha sido robado❞
¿Quién pudo haber sido tan sagaz de lograrlo?
⇢ Yoongi es un tipo "peligroso", el principal objetivo de la policía en toda Corea del Sur.
⇢ Namjoon es un joven pelinegro con una vida común y corrien...
— Es tan lindo. —suspiró Namjoon mientras aplicaba agua en la zona manchada de su remera. — Todos en el banco me van a envidiar. —mordió su labio inferior, con la mirada brillante y emocionada.
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Yoongi resopló, acomodándose el saco para salir y correr fuera del alcance de Kwang y los demás.
Lástima que falló en el intento y una bala casi logra dañarlo. Siguió en movimientos mientras más balas salían por doquier.
Gritos horrorizados se hicieron presentes, las personas huían alborotadas de los locales hacia quién sabe dónde.
Un tipo logró interceptar a Min. Este esquivó la patada y saltó haciendo que su pie chocara duramente contra la mandíbula contraria, dejándolo tirado al instante.
Un moreno se abalanzó contra él, más Yoongi se sostuvo de aquellos hombros para alzar su propio cuerpo y poder patear bruscamente al que venía detrás. Luego de eso empujó al moreno mientras golpeaba su abdomen y rostro, cogiendo su muñeca para darle una muy fría fractura de hueso. El tipo chilló y Min terminó por patear su pecho hasta que este cayera con dureza sobre el ventanal, rompiéndolo rápidamente.
El rubio se alejó lo más que pudo, encontrando esta vez a un pelirrojo. Lo tomó del cuello de la camisa y con su rodilla hacía dolorosos impactos en el abdomen adverso, recibiendo quejidos para prontamente lanzarlo hacia otro local, rompiendo también la puerta que era de puro cristal.
Tres tipos seguían intactos, disparando con desespero hacia donde se movía Yoongi. Al parecer una bala hizo contacto con el abdomen del rubio, pero esto no significó que se rendiría, por el contrario corrió con más intensidad.
— ¡Maldita sea! —gruñó Kwang al ya no poder ver a Min. Nuevamente se había escapado.
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— Ah, SeokJin~. —con un suspiro enamorado, Namjoon por fin salió del baño.
Caminó unos cuantos pasos y de pronto sus ojitos se abrieron desmesuradamente. Absolutamente toda a su alrededor estaba hecho un desastre.
Sillas rotas, mesas desordenadas, manchas de bebidas en todo el suelo, entró al restaurante buscando al rubio, encontrando más desastre por todo el lugar.
