Problemas (Karushuu)

Cap 4

Allí estaba su padre, apoyado en el marco de la pared, al ver que Gakushuu se había despertado se aproximó hacia su cama.

-¿Qué te pasó?- preguntó el más pequeño de los dos aunque ya tenía una idea.

-Me he peleado con Akiko- dijo el más mayor.

-¿Y por eso tienes las manos así?- volvió a preguntar Gakushuu aunque ya se sabía la repuesta.

Las manos de Gakuho tenían varias heridas todas llenas de pedazos de cristal, la sangre bajaba por estas, pero el adulto no mostraba signos de dolor.

-Bueno... mejor en las manos que en la cara digo yo- dijo el director con una sonrisa burlona la cual hizo soltar a Gakushuu una pequeña risa.

-Supongo- dijo el rubio fresa -¿Te las curo?-

-Si no te importa- respondió Gakuho.

Gakushuu se levantó de la cama y agarró un botiquín de primero auxilios, con unas pinzas fue quitándole los cristales a su padre de las heridas para después desinfectarlas y por último las vendó.

-Gracias- dijo Gakuho, su hijo era muy bueno en esas cosas y además ya tenía costumbre, cuando le curaba a alguien una herida da igual a quien se concentraba mucho en ello y al final miraba su trabajo con orgullo y le brillaban los ojos.

-Nada- dijo Gakushuu con unas sonrisas.

Al final padre e hijo terminaron durmiendo juntos ya que el más mayor de delos no quería tener que dormir con su mujer.

Cuando Gakushuu despertó al día siguiente vio a su padre al lado suyo dándole la espalda, se asomó por encima de él y vio que se había despertado un minuto antes de que sonara la alarma, esperó a que faltaran 5 segundos para que sonara la alarma y le pegó una patada a su padre tirándolo al suelo mientras que el aparato empezaba a sonar como loco para que "se despertaran".

Gakuho se sorprendió por el impacto y por el sonido a la vez, pero no tardó mucho en darse cuanta de lo que estaba pasando ya que su hijo había estallado en risas y estaba a punto de llorar.

El director Asano se levantó y apagó la alarma y luego miró a su hijo con cara "seria".

-Serás animal- Dijo Gakuho.

Gakushu simplemente no contestó, solo era una pequeña broma y además que era lo pear que podría hacerle su padre.

-Por listo, tú prepara el desayuno- dijo Gakuho saliendo de la habitación con una sonrisa divertida mientras Gakushuu abría los ojos horrorizados por tener que preparar el desayuno un lunes por la mañana.

-¿Qué?- dijo Gakushuu.

-Ya me oíste- respondió Gakuho desde abajo.

Gakushuu se levantó de mala gana y se practicó para ir al instituto, se puso el uniforme y cuando se vio delante del espejo decidió que no hacía falta que se peinara.

Un secreto de Gakushuu es que no le hacía falta peinarse el pelo, desde pequeño este se peinaba solo, menos cuando dormía por la tarde, ahí su pelo tenía un cambio de humor y ni se auto peinaba, pero Gakushuu igualmente no lo hacía, esperaba a que fuera el día siguiente porque volvería a estar peinado otra vez.

Gakushuu bajo a la cocina y empezó a prepara la comida, decidió no hacer nada especial, solo unos huevos con beicon, la cocina no era algo que le gustara mucho aunque se le daba muy bien, tuvo que aprender ya que por los problemas familiares su padres no habían contratado sirvientes, cocineros, mayordomos etc por eso siempre limpiaban él, su padre o Ren y a uno siempre le tocaba hacer la comida.