Cap 11

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Gakushuu y Ren llegaron a la estación; cuando divisaron a su grupo se dirigieron hacia ellos y los saludaron.

Cuando  se subieron al tren, Gakushuu le tocó sentarse al lado de Karma; digamos que no le hacía mucha gracia.

-Vaya Asano, mira que suerte tienes, te ha tocado al lado de un genio como yo- dijo Karma.

-¿Un genio? Hubiera preferido sentarme al lado de un simio.

-Bueno... supongo que como dicen, la familia antes que todo Asano.

-¿Perdona?

-No me has escuchado, he dicho que-

-Lo siento, no pensé que te molestaría tanto que quisiera sentarme con un primo tuyo antes que contigo.

-Yo-

-No pasa nada Akabane, te entiendo; tiene que ser muy difícil tener a una persona tan hermosa al lado y saber que no puedes ni imaginarte estar con ella. Pero como buena persona que soy, si quieres decirme algo te dejo mandármelo por un email.

-Ya te gustaría a ti.

-¿No es lo que está pasando?

-¡Claro que no!

-Entonces solo son celos de mi belleza.

-Tampoco.

-¿Te gusto?

-¿Por qué llegarías a esa conclusión?

-Dicen que los simios intentan copiar a los humanos, supongo que mientras más cerca estes de mí, mejor podrás copiarme.

-Eres un narcisista, no sabes lo que dices.

-Claro que lo se.

-Si claro, ve y llórale a tú madre.

-... 

Gakushuu se sorprendió por las palabras de Akabane, no pudo evitar sentirse mal, ¿Qué madre? ¿La misma que había arruinado y seguía arruinando su vida y la de su padre?
Simplemente giró la cabeza y empezó a mirar por la ventana, no sabía que contestar.

Ren no pudo evitar ver a su hermano con lástima, Akabane no sabía lo que decía, pero eso no significaba que a Gakushuu le hubiese dolido menos.

Los demos del grupo simplemente se callaron, no sabían la situación de Gakushuu al cien por ciento por mucho que se la habían intentado imaginar, pero sabían que su amigo pelirrojo la había cagado.

Karma la había cagado y lo sabía, se sentía mal, todos querían  pasársela bien en esa excursión aunque hubiera dos "intrusos0 pero el ya la había fastidiado con uno de ellos.

-Asano...

-¿Qué?

-Perdón- dijo Karma de malas.

-¿Perdón? A menos que me invites a un restaurante cinco estrellas te ato a un misil y te mando volando al espacio para que explotes lejos de mi vista.

Ninguno del grupo pudo evitar soltar una carcajada. Asano tenía una mente muy ¿turbia? Y también un humor negro; muy negro, pero que se le podía hacer, así era él, y de alguna manera esas palabras fueron como una pequeña manera de abrirse un poco hacia ellos, por lo menos para poder pasársela bien en esa excursión sin incomodidades.

El viaje no fue muy pesado, pero la verdad es que ya todos tenían ganas de llegar, así que cuando el tren paró, la sonrisa de emoción que se dibujó en la cara del rubio fresa pasó desapercibida por todos; menos por Karma.

-Vamos- dijo Nagisa con una sonrisa.

Al escuchar la voz del peliazul, Gakushuu salió de su mundo y se acordó de su posición. Él iba a intentar acoplarse, pero él no pertenecía allí; su cara seria volvió a dibujarse. Karma no pudo evitar sentir ¿tristeza? ¿Decepción? No sabría como escribirlo, le hubiera gustado ver más esa sonrisa en el rubio fresa, aunque nunca la hubiera visto antes, no pensó que alguien como el presidente del consejo estudiantil podía tener ese tipo de sonrisas de ilusión, la misma sonrisa que pone un niño pequeño cuando le das un regalo; el mismo brillo en los ojos. Así no era Gakushuu Asano... o por lo menos el que él y la clase E conocían. O creían conocer.

Problemas (Karushuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora