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Daila pensaba y pensaba mientras veía a los mortífagos matar a todos los hijos de muggles delante de sus ojos.

Hombres, mujeres, niños... todos y sin piedad alguna. Sin duda eso de purificar la sangre se lo habían tomado muy al pie de la letra.

De repente sintió como una mano la arrastraba algo apartada de todo. Sabía quien era.
-Daila, se suponía que esto tendría que ser fácil para ti. No has matado a nadie aún.- le dijo Tom a lo que ella se encogió de hombros.- Que es lo que ocurre?

-Mi prioridad no son los hijos de muggles... Dumbledore si que lo es.- mencionó ella.- Solo pienso en eso, lo siento pero no descansaré hasta poder matarlo.

Tom le tomó las manos, aún que no s estuvieran tocando a causa de los guantes se sentía como si estuviesen piel con piel.
-Te entiendo, pero debes saber que alguien como Dumbledore... no es fácil de destruir.- dijo este haciendo que la chica ladeará la cabeza.

-Estás diciendo que no puedo matarlo? Es eso lo que quieres decir?- le preguntó ahora apartando sus manos con voz más seria.

-No es eso. Pero...- empezó a decir este ahora algo nervioso.- Pero debes tener en cuanta de qué aún que te cueste reconocerlo, Dumbledore es poderoso.
-Y yo lo soy más, juntos somos más fuertes que él.- respondió ella ahora intentándolo convencer.

-Bombarda!- se escuchó el grito de uno de sus seguidores haciendo que la casa donde habían algunos hijos de muggles quedara al descubierto y fuera más fácil cazarlos a todos.

Pero no solo hijos de muggles salieron heridos.
-Dijiste que solo matabas a...- empezó a decirle ella sin embargo Tom la interrumpió.
-Sangres sucias, lo se, pero tienes que entender que a veces hay efectos secundarios...- dijo este molestando a la chica.

-Entonces tu tienes que entender que ahora mismo voy a irme a buscar a ese viejo para matarlo de una vez por todas.- le anunció ella ahora a punto de transportarse.

-Qué? No, ni hablar vas a hacer eso.- le dijo este parándola por completo.
-No me dices lo que puedo hacer o no.- le interrumpió ella intentando soltarse.

El azabache la frenaba toándole el brazo para que ella no se fuera.
-Mi señor, hemos destruido la zona por completo.- dijo uno de sus servidores.

-Bien, tenéis permiso para purificar la siguiente zona, adelante.- les ordenó este aún tomando del brazo a Daila.

Y de nuevo el humo negro seguido de sombras transportándose por el cielo dejando a ambos chicos solos.
-Tom, suéltame!- le exigió ella.

-No lo haré, crees que si creyera que fueras capaz de matar a Dumbledore no te dejaría? Daila no quiero que te pase nada, entiendes?- le dijo este ahora cerca de ella haciendo que la chica se moviera algo incomoda.

-Puedo con él.- le dijo ella.- Solo... tengo que encontrar el momento exacto para matarlo con mi voz.
-No, no puedes.- le dijo este aún tomándola fuertemente del brazo.

-Interrumpimos algo?- preguntó la voz burlona de Sturgis delante de ellos con una varita apuntándolos.

Tanto Tom como Daila se miraron entre sí para pensar lo mismo. En el momento en el que la chica empezaba a subir las manos lentamente en forma de rendición, el azabache sacaba su varita apuntando al chico.

-Vaya... parece que no soy el que está en apuros ahora...- dijo Daila con una sonrisa divertida.- Y dime, donde están a lo que tú llamas amigos?- preguntó da nuevo.

Cuando Elphias apareció por detrás de ellos, la chica no tardó en apuntarlo con su varita, quedando a espalda de Tom quien seguía apuntando al otro chico.

-Tampoco es como si tengáis escapatoria.- les dijo Caradoc saliendo al lado junto con Edgar apuntándolos, al igual que Laurentia junto con Dedalus.

Emmeline por otro lado estaba escondida mirando todo pues como algo saliera mal, ella era la única esperanza que les quedaba.

-Donde está Dumbledore?- preguntó ella con voz amenazante.- Es que es eso lo que suele hacer? Preparar gente como si fuera carnada para después él salvarse el culo?- preguntó ella enfadando más a los chicos.

-Daila cállate que son más.- le susurró Tom.
-Se lo que hago, ahora solo sigue mis órdenes.- le dijo ella de la misma manera quitándose con la otra mano la máscara con la mano que tenía libre.

Elphias miró a Sturgis algo preocupado pues si conocías al chico, sabías que una vez emepzaran a complicarse las cosas, él sería el primero en sacrificarse.

Claramente la chica vio ese gesto y sonrió. "protego" le susurró al azabache quien asintió con lentitud.

-En serio, no sabéis la pena que me da luchar con vosotros, hasta me caíais bien.- dijo ella con una sonrisa mirando de reojo como Sturgis estaba a punto de lanzar algún hechizo.- Ahora! Avada kedavra! gritó mientras Tom pronunciaba el hechizo de protección.

A Sturgis no le dio tiempo de protegerse cuando el rayo color rojo salía en dirección suya dándole de lleno.
-No!- fue lo siguiente que se escuchó salir de la boca de de Elphias corriendo hacia el chico que caía al suelo.

Todos los de la orden fueron junto con Sturgis quien ahora estaba muerto.
-No, por favor, no puedes irte aún. Por favor.- lloraba encima del cuerpo el chico.

Laurentia miró a la chica quien sonreía con malicia y no dudó en atacarla, lanzando un hechizo directamente a la barra de protección que había creado Tom.

Dedalus y Edgar se unieron junto con Caradoc intentando romper la barrera que mantenía protegidos a ambos chicos.

Tom miró a Daila quien en cualquier momento se esperaba que viniera Dumbledore. Sabía que estaría escondido como si fuera una tara por algún lado.

Cuando Elphias quien seguía llorando sobre el cuerpo de Sturgis se unió en la destrucción de del hechizo protector que había encima de los mortifagos, la barrera empezó a tener grietas.

-Daila.- le dijo Tom viendo como poco a poco la barrera se iba rompiendo.- Daila cuidado!

En ese momento, una explosión se hizo presente en ellos, y como Tom empujó a la chica, la explosión le dio de plano explicándolo lejos, acabando en el suelo.

Daila quien también se encontraba en el suelo se levantó de golpe buscando al azabache por todos los lados sin resultado.
-Tom!?- gritaba ella entre el polvo intentando ver algo.

Intentó buscar su varita por el suelo ya que está se le había caído por algún lado, sin embargo pudo ver como tenían preso al chico, apuntándolo al cuello.

Elphias lo apuntaba a ella con rabia y furia.
-Ahora que? Como piensas salvar al amor de tu vida?- preguntó este llorando.

Solo le quedaba una opción, gritar.

our perfect crime (Tom Riddle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora