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-Papá?- preguntó ella ahora intentando caminar hacia él, sin embargo por más que intentara tocarlo era imposible.
-Por qué haces esto Daila? Por qué me haces esto?- le preguntó ahora decepcionado.
-A que te refieres? Salí de la aldea, todo está solucionado, soy libre y puedo hacer lo que quiera.- se dijo ella ahora orgullosa de sí misma.-Libre? Crees que seguir a un lunático es ser libre? Daila abre los ojos. Solo te está usando por que eres poderosa, por que tienes poder. Si no fueras una banshee o tan astuta ya te habría matado de tener oportunidad.- le intentó convencer este haciendo que ella frunciera el ceño.
-Que sugieres?- le preguntó después de un tiempo.- Que me vaya sin más? Es mucho más complicado de lo que crees.
Su padre miró a Dumbledore para después mirar a la chica con compasión y una sonrisa.
-Dirígete a las montañas, encuentra la aldea que tanto tiempo llevaban la buscando. Aún estás a tiempo hija.- le empezó a contar.-A tiempo de que?- preguntó ahora confundida.- Aquí... tengo un techo, comida y cama. Por qué me iría?
-Por que siempre fue el sitio donde tantos años estuvimos, estuve estudiando, buscando y ahora que has salido... puedes conseguirlo.- le dijo este esperanzado.- Cumple mi sueño por mi, por favor Daila.La chica ahora se abrazó a sí misma. Estaba demasiado confundida y la presencia de aquel viejo la perturbaba demasiado.
-Daila, se que harás lo correcto.- le dijo finalmente el anciano desapareciendo.-Que? No, espere aún no he terminado con usted!- le gritó mientras empezaba a correr de nuevo en busca del viejo.
Como podía ser que corriera tan rápido?
-Espere!- dijo ella levantándose del sofá con mucha ansiedad.Daila miró a su alrededor y vio que no se había movido de donde se había quedado al ultima noche. Había sido un sueño.
O no.
En su mano había el mismo polvo que había usado Tom para viajar a través de la chimenea. Sería una señal?
Lentamente se levantó y caminó hacia esta indecisa y aún pensando en las palabras de su padre. Serían ciertas?
Bufó para entrar, y pensar bien lo que estaba haciendo. Pensó en que si a lo mejor decía el nombre del pueblo... se acabaría transportando allí.
-Bien... allá vamos.- dijo esta pronunciando "Bosquimanos" finalmente tirando el polvo en el proceso y transportándose a través de una llama color verde esmeralda.Lo cierto es que pasó poco tiempo desde que ya pisaba de nuevo el suelo encontrándose en lo que parecía una casa de lo más antigua.
-Pero qué?- empezó a decir ahora algo confusa ya que no se escuchaba ningún ruido. Sin embargo hacia olor a quemado.Miró a través de la ventana y no evitó abrir los ojos de la sorpresa al ver como había una hoguera gigante donde muchos hombres y algunas mujeres quemaban a lo que parecía ser brujas.
Ella podría haber sido una de ellas.
-Mierda.- soltó al ver como varios hombres la distinguieron a través del cristal.La chica empezó a asustarse ya que no podía volver pues no tenía más polvo y estaba sola contra unos cincuenta hombres sin contar mujeres.
Sacó su varita algo indecisa y se dijo a sí misma que debía hacer algo. Tenía que salir de allí como fuera.
-Aquí! Rápido!- decían muchos.Tonta, tonta, tonta, por que le haría caso a alguien? Por qué justamente a su padre muerto? Por qué no lo había pensado antes?
Pensó rápidamente en palabras que decía Tom todo el rato cuando tenía que atacar a alguien. "¿crucio?" "¿adava kedavra?" había escuchado también "reducto" pero no tenía ni idea para que servía.
Parecía inútil discutiendo consigo misma.
-Atraparla!- gritaron en cuanto derribaron la puerta.- Que no escape!-Reducto!- gritó ella haciendo que de su varita saliera una luz azul, golpeando a varios de los hombres e impulsándolos hacia atrás.
Había funcionado? Pensó ella con alegría y orgullo mientras apuntaba a todos amenazándolos.
-Alejaros de mi, os lo advierto!- les dijo ella cada vez más nerviosa.Le temblaban las manos, más cuando empezó a caminar hacia la salida, apartando a los temerosos hombres quienes murmuraban sin embargo no intervenían.
Daila rápidamente fue a la hoguera donde habían gritos de dolor por parte de una niña de unos quince años de edad, pidiendo por piedad.
-Apartar! Todos! Os lo advierto!- gritó ella apuntando a la gente que la estaban torturando.Como no les hacían caso y seguían con su juego o como ellos los llamaban, purificación, a la chica le entró tanta rabia que pronunció "crucio"
-Os gusta ver sufrir a la gente?- preguntó ahora con una sonrisa arrogante a los aldeanos primitivos del pueblo.- Mirar y disfrutar.Rápidamente las mujeres de esos hombres que eran torturados pidieron que los dejara en paz.
-No tienes corazón bruja!- gritaban ella llorando por sus hombres.Y cuando creyó haberles dado una lección, noto como otro de los hombres que murmuraban se acercaba directamente a ella con intención de matarla.
-Predecible.- dijo ella antes de darse la vuelta tomando la daga que había robado y matándolo en el proceso.Su varita se quedó en el suelo, y cuando quiso recogerla, todos se pusieron en círculo envolviéndola para que no pudiera escapar.
-Ríndete mujer. Acepta tu destino.- le dijo uno acercándose a ella con una sonrisa.Daila estaba preparada para todo. Si ellos querían guerra, tendrían guerra.
Gritó como nunca empujando a muchos hombres dentro. de la hoguera, quemándolos en el proceso y matándolos por el agudo de su voz.
Los que no habían sido afectados se acercaron a ella pensando que no sería capaz de utilizar un arma como lo era una simple daga.
Daila optó por mejorar sus habilidades, hiriendo a varios y dejándolos en el suelo desangrando o inconscientes.
-Vamos, no podéis con esta bruja?- preguntó ella con una sonrisa maniática.Cuando consiguió tomar si varita, el único hechizo que se le vino a la mente fue "incendio"
provocando que todos empezaran a gritar de la desesperación. Era normal, se estaban quemando.Las mujeres se empezaron a marchar dejando a las brujas atadas llenas de miedo mientras que todos los hombres caían, uno por uno al suelo.
Se sentía bien? Por qué le daba satisfacción? La chica miraba el panorama y podía sentirse bastante orgullosa. Se limpió con su manga el labio que le sangraba y empezó a caminar hacia las chicas, mujeres y niñas que lloraban pidiendo piedad.
-Tranquilas. No os haré daño.- dijo desatando a cada una de ellas, dejándolas muy sorprendidas.Y de repente, todas empezaron a hacerle reverencias como si fuera una especie de Dios. Poder, le gustaba.
-Mal momento?Oh no.
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our perfect crime (Tom Riddle)
Fiksi Penggemar-Ahora qué? -Lo has matado. -Ah si? Ni me había dado cuenta hasta ahora, pero gracias por la aportación. TERMINADA:)