Capitulo. 38

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Lucia.

No se cuanto tiempo ha pasado ni que hora es, lo único que se es que mis ojos duelen, mis extremidades pesan y la garganta me arde de tanto llorar. Luego de que me desmaye en esa camioneta desperté en este lugar asqueroso, tiene pinta de ser un calabozo pero la oscuridad que lo envuelve no me permite apreciarlo, el olor es a humedad y basura, estoy sentada en el suelo atada de pies y manos y puedo sentir que bajo de mi hay cartones mojados, hojas y otras cosas que no puedo distinguir.

Las muñecas me arden ante la fuerza que ejerzo al tratar de soltarme de los amarres, el miedo me late en el pecho solo de pensar que harán conmigo, Ryan ni siquiera esta en el país y eso me quita toda las posibilidades de salir de aquí, ya que como el lo dijo una vez, es quien puede salvarme de casi todo..

La puerta se abre y la luz de afuera me golpea la vista haciendo que cierre los ojos, vuelvo a quedar a oscuras y chillo cuando un jalón de pelo me hace voltear la cabeza hacia atrás.

—Hola zorrita, es un placer conocerte—El que ahora se que es un hombre hace el agarre mas fuerte—Pase deseando tanto tiempo que Ryan tuviera una mínima debilidad sabes ? Así podre desquitarme.

—Yo... el y yo no somos nada...

—¡No me contradigas! —Grita haciendo que un acento al parecer Irlandés se marque—Te vengo estudiando desde hace mucho y se que tienen algo—Habla demasiado cerca de mi cara—Es por ello que estas aquí

—Por favor...sácame de aquí o llama a Ryan el llegara a un acuerdo, por favor...no te voy a servir de mucho el no me quiere...—Me suelta el cabello y siento el choque de una mano contra mi mejilla. Las lagrimas salen de mis ojos y me pregunto en que momento todo se fue a la mierda

—Deja de llorar guapa, estarás aquí hasta que Ryan aparezca de nuevo y necesito que te veas linda para los videos que le haremos llegar—Acaricia mi mejilla—A menos que me digas a donde esta y así adelantamos el proceso.

—No se donde esta—Trato de enfocarle la cara pero la oscuridad es demasiada—No me lo dijo—Lloriqueo.

Decirle donde esta significaría que vayan por el y si lo atrapan no tendré quien me ayude, estoy jodida pero actuando de manera impulsiva no voy a salir de esto. Tener la cabeza fría es lo que necesito y solo voy a lograrlo si me concentro.

—Haremos como que te creo, de igual forma tarde o temprano vas hablar.

Escucho sus pasos una vez que se aleja y me acuesto en posición fetal, no se que es lo que me espera pero ya estoy harta, no se cuando vendrá Ashton porque Yaela es mi única esperanza, confió plenamente en que pronto estarán aquí y saldremos de esta porquería, aun sea sin tener a Ashton, una vez que me ayuden a salir de aquí dejare que vivan su vida plena y me apartare completamente.

Ashton merece una buena vida, no merece problemas y Yaela es un amor que hará todo por verlo bien. Yo ni siquiera estoy con el y le estoy dando dolores de cabeza.

Escucho el sonido de la puerta de hierro y el caminar de gente hacia adentro pero ni me muevo.

—Levántate—La voz de un hombre se hace presente —¡Rápido!—Me trato de mover poniéndome de rodillas pero todo me pesa, el estar amarrada no me deja sostenerme.

—No puedo—Susurro y me rodean unos brazos levantándome—Gracias

No contestan y me toman de las cadenas de las manos guiándome hacia afuera, la luz me golpea y camino rápido tratando de seguirle el paso, las paredes son de piedra y las luces increíblemente blancas, hay celdas con puertas de hierro y hombres sucios, musculosos y sin camisa fuera de cada celda, todos armados y se les nota lo extranjero.

Inefables [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora