Capitulo 56

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Ashton.

Ya una semana sin verla, los primeros días fueron difíciles, pensar que pase tomando y buscando la forma de sacarla de mi mente.

Al cuarto día comprendí que no valía la pena, me dejo, se burlo de mi, me uso y me engaño.

No fue mas que una cualquiera que quería divertirse y yo fui el juego, juego ideal con el que cumplía sus metas.

Le di trabajo en el mejor de los hospitales, la llenaba de regalos, viajes, lujos, le daba mi amor, lo tenia todo pero era claro que no le bastaría ya que jamás fue una mujer seria, a como me lo dijo mas de una vez «Solo te quiero para coger» Estaba tan claro y yo no lo vi.

O si lo vi, solo no lo quise creer.

Por ello voy a sacarla de mi vida y Adele será la mujer ideal para eso.

Mientras logro olvidarla completamente mi consuelo es mi trabajo, seré el mejor en el área y jamás en la puta vida voy a permitirle trabajar en mi equipo.

Su castigo será no pertenecer a ninguno de los mejores hospitales del estado.

Termino de lavarme las manos luego de cirugía y me volteo para ir a mi oficina pero su cuerpo se me posa en frente.

—¿Dónde esta Lucia?

—¿Crees que soy su asistente?

—Es tu novia, debes saber donde esta. Tenemos un proyecto juntos y no ha aparecido.

—Era mi novia—Frunce el ceño—Si Edward, tienes oportunidad con ella—Camino lejos de el y sonríe levemente—Aunque ten cuidado, le gusta follar a varios al mismo tiempo.

La puertas de vidrio se abren dejándome salir y un agarre me voltea.

—Me alegra que se haya alejado de ti.

—A mi también—Me suelto adentrándome en el ascensor.

Si supiera como fueron las cosas no la defendería tanto.

—Buenos días Doctor—Danna me sonríe y le sonrió de vuelta antes de entrar a mi oficina.

Abro la computadora buscando los mejores doctores para mi mujer, ahora que realmente asumirá su rol necesita estar perfecta y si la tengo que mandar a Asia solo por eso, voy hacerlo.

No quiero que la vean mis trabajadores, a pesar de que confió en ellos quiero que la atiendan personas que no saben nada de nuestra vida, mi padre tenía razón en decírmelo.

La puerta se abre y ella entra con un vestido suelto, ha subido de peso y su aspecto ha mejorado mucho, se parece a lo que fue cuando nos casamos y no lo había notado por no despegar los ojos de Lucia. Sus ojos azules me miran con admiración haciéndome saber que será fácil el trabajo de enamorarme de ella nuevamente.

—Hola mi amor—Me sonríe y camina hacia mi. Se sienta en mis piernas y las acaricio buscando un poco de satisfacción, pero no la hay por ningún lado.

—¿Qué haces aquí? Hoy tenias terapia—Asiente y acaricia mis labios.

—Sali temprano, mi doctor dice que he mejorado muchísimo. Gracias a ti, a que puedo dormir contigo, a que me besas y me cuidas—Se acerca mas a mi boca—A que me quieres y me deseas, a que soy tuya.

Me besa y la tomo de la cintura tratando de encajar bien con ella, se ha vuelto mas exigente, ya no me besa con miedo, lo hace con mas ansias y deseo. Cierro los ojos y su recuerdo vuelve a mi mente, enredo mi mano en su cuello y me recuerdo mil veces mas que es mi mujer, no la maldita que me engaño.

Inefables [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora