Capítulo IX

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    Edrin estaba en la ciudad junto a su hermano, llevaban apenas media hora en la que caminaban por las calles viendo los pequeños puestos de tela y artesanía que habían por allí. No habían dicho absolutamente nada en el trayecto, ellos jamás se llevaron bien, aunque nunca supo por qué.

    —Esta seguro que le gustará —Le señaló a su hermano una tela—, no entiendo por qué nos mandan a hacer esto, no sé nada de telas.

    —Porque se supone que es un regalo de mi parte —contestó Ettrian sin mucho ánimo—, a Zéphyrin le gustará cualquier cosa, de todas formas no tiene nada. —Tomó la tela y la pagó casi sin mirarla.
   
    —No te veo muy animado.

    —No lo estoy, pero qué más da, nunca me llamaron la atención las dracfeus, son todas iguales.

    Ambos comenzaron a caminar en dirección al palacio aún mirando los puestos para ver si llevaban algo más.

    —Ella parece buena y es linda, seguro se entenderán.

    —Mientras no moleste, ni sea de las que reclaman por todo, por mí bien —respondió seco sin mirarlo—, aunque dudo que lo haga, debe ser tan sumisa que hará todo lo que diga sin rechistar.

    Edrin no opinaba lo mismo al respecto, la chica tenía una chispa que se notaba a kilómetros, no era la típica dracfeu sumisa que se dejaría dominar, pero eso no se lo dijo a su hermano, prefería que estuviera con él a que Eidrien tuviera que asumir una responsabilidad que obviamente no podría cumplir.

    —Creo que seré feliz solo con que no termine siendo como tu esposa —añadió Ettrian y su hermano frunció el ceño—. No entiendo cómo la soportas, es...

    —Mejor cuida tus palabras, Ettrian —le interrumpió y ambos detuvieron su camino—. Que Hayden no sea como todas las hadas de aquí, bobas y superficiales que se dejan hacer y deshacer como si no pensaran, no te da derecho de juzgarla, a ninguno.

    Él sonrió. —No la juzgo, Edrin, y eso no es lo que tiene mal, es más, ese hecho la hace divertida, lo que es insoportable de ella es que sea tan estúpidamente infantil como tu hijo.

    —Mejor dejamos esta conversación aquí —musitó y alzó vuelo dejando solo a su hermano en el lugar.

    Le molestaba mucho que juzgaran a Hayden de esa manera, sabía que ella podía ser dramática y extremadamente malcriada en ocasiones, pero ellos hacían una tormenta en un vaso de agua de todo. Por culpa de toda su familia era que no habían podido vivir en paz por décadas, por esa misma causa se habían separado varias veces y lo peor de todo, por eso su único hijo había acabado por años en Ahrimán. Edrin no entendía su odio, siempre había estado enamorado de Hayden aunque ella era como las olas del mar, un día estaba enamorada de uno y al  siguiente de otro. Nunca había dicho nada, desde pequeño la amó en silencio y solo se conformó con ser su mejor amigo por más de un siglo. Hasta que casi de forma milagrosa ella abrió los ojos y terminó dándose cuenta de quién siempre estaba a su lado. Diría que fue mágico después de eso pero no había sido así, tuvieron un noviazgo largo lleno de trabas y problemas por culpa de su padre. Brithiel no quería que se casara con ella y a Edrin siempre le había costado desobedecer sus órdenes, pero no estaba dispuesto a ceder, no esa vez.

    Terminaron casándose a escondidas y para cuando volvieron a Tarendiel, el infierno solo estaba a punto de comenzar. Hayden más de una vez le había pedido que se fuera con ella para Ahrimán a vivir, allá serían felices y sus padres no podrían molestarlos, pero no podía, ese era su hogar y no sabría vivir en otro. Su esposa había cedido siempre a quedarse, a estar ahí y había soportado los malos tratos de su padre y familia por décadas. Eso solo hizo mellas en la relación, provocando peleas tras peleas y que su amor se enfriara, o al menos el de Hayden. Por eso se fue sola, diciendo que jamás volvería porque si él la amaba no le haría soportar ese martirio, pero tuvo que hacerlo porque estaba embarazada, Eidrien había llegado en el peor momento de sus vidas, siempre lo había sentido así, y no solo ella, sino todos los demás, incluído él. La única que parecía querer al pequeño era Nesrin, quien tampoco odiaba a Hayden pero siempre bajaba la cabeza cuando su Brithiel hablaba.

Losing Game (Dark Angel VIII)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora