Capítulo XXVIII

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    Ciel salió de la ducha, secando su cabello con una toalla. Eran apenas las cinco de la mañana, pero como ya se le había hecho normal desde que comenzó a beber sangre, no lograba dormir. Sky estaba sobre su cama, envuelta en sábanas aún, ella sí estaba agotada y no pensaba interrumpir su sueño, aún era temprano.

    Salió de su camarote con la mente en muchas partes, solo podía pensar en lo sucedido la noche anterior y la situación con la chica de rojo. Hacía meses que esa alma perdida atormentaba a su madre, ya no sabían qué más hacer para que la dejase en paz y parecía que jamás iba a hacerlo. Ahora que Eidrien se había enterado no podrían dejarlo por más dentro de la familia, debían asumir las consecuencias y decirle a los reyes, si en algo su amigo tenía razón era en que ya el tema involucraba a Ahrimán; solo que no querían dar explicaciones sin saber cómo darlas. Aún no tenían idea de lo que estaba sucediendo, aunque él tenía más conocimiento que los demás gracias a su contacto con la muerte, sabía que lo que sucedía la involucraba directamente a ella y a todo el mundo de los muertos.

    La puerta del taller se abrió sola y se paró en seco al ver a un desaliñado Eidrien sentado a la mesa, con al menos cuatro libros abiertos a su alrededor y un cuaderno con varios lápices y goma. Diría que estaba sorprendido de verle desgreñado, con horribles ojeras y el típico tic en la ceja izquierda, pero no, no podía porque ya no era la primera vez que le veía en tal estado. Su rubio amigo estaba muriendo de estrés, solo se ponía así cuando se estresaba.

    Avanzó con tranquilidad hasta llegar a la mesa y se sentó a su lado, Eidrien se dio cuenta de su presencia pero le ignoró por unos minutos. Ciel escaneó con la mirada los libros, los títulos eran: "Problemas matemáticos de alto nivel", "Geometría analítica, del espacio y plana (Nivel superior)", "Ecuaciones e inecuaciones" y dos más que no podía ver su título, pero estaba seguro de que eran de matemáticas. Eidrien era raro, aún no podía comprender cómo lograba desestresarse resolviendo los ejercicios más difíciles de matemáticas que pudiera encontrar.

    —¿Cuántos llevas ya? —preguntó casi con inocencia, preparado para la cifra estratósfera que se veía.

    —Record de la noche, cien en una hora —respondió sin mirarle, acabando con un ejercicio y continuando con otro.

    —Seguro ya los habías hecho antes.

    Eidrien le tiró una mirada asesina ante el comentario y sin querer partió la punta de su lápiz. —M*****, Ciel, siempre haces lo mismo —se quejó molesto, lanzó el lápiz para un lado y agarró otro para continuar.

    Ciel sonrió al tiempo que le daba una orden a Assisstent de que le entregara algo de la unidad #8. Un brazo robótico se extendió y de una de las gavetas sacó un paquete sellado que colocó delante de Eidrien. Él lo miró como si fuera algo raro y luego a su amigo, quien le hizo una seña con la mano para que lo abriera, le hizo caso y comenzó a rasgar el envoltorio hasta que se reveló delante de sus ojos un gran libro. Sus cansados párpados se abrieron y su boca dibujo una gran O cuando leyó el título "Matemáticas para llorar" y como subtítulo "Los ejercicios más difíciles del mundo".

    —Iba a ser mi regalo de cumpleaños, pero me dio lástima que estuvieras resolviendo viejos problemas.

    Eidrien hizo un puchero de lo más tierno y le miró. —Cielito...

    —¿Umjú?

    —Deberías haber nacido niña, serías la mujer perfecta.

    —Ay, ya cállate, Eidrien —se quejó, levantándose de su lado y él le tomó del brazo, aún con cara de emoción.

    —Cásate conmigo, Ciel, soy mejor que Sky, lo sabes.

    Él le miró con cara de quien ni muerto haría tal cosa y sacudió su brazo. —Estás casado ya, imbécil.  —Le dio una fuerte palmada en la cabeza y se soltó de una vez. Comenzó a dar órdenes a Assisstent para que le trajera a la mesa las herramientas para trabajar en uno de sus proyectos y se sentó en su silla—. ¿Has llegado a alguna conclusión luego de resolver casi quinientos ejercicios?

Losing Game (Dark Angel VIII)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora