Kevin
El viernes termino y finalmente llegó el sábado. Era un día importante y complicado para varios en la familia. Ethan no estaba de humor pues su amiga no vendría a casa a visitarlo, debido a que no le dieron el permiso, y Chris por la tarde traería a Clarissa a cenar con nosotros, cosa que a Ana no le había sentado muy bien al parecer.
Mientras que yo, me encontraba cada vez más nervioso, aún faltaba una semana para entrar a clases, sin embargo yo el lunes comenzaría a presentarme al colegio a las clases de recuperación, y entre el jueves y viernes presentaría mis exámenes extraordinarios, de los cuales dependerá mi ingresó al segundo semestre de mi primer año en la prepa.
Estar así de nervioso me tenía de mal humor, sobre todo por la tarde, oyendo la discusión del microbio y Andrés en el pasillo.
— Vamos Alex, ve a bañarte de una vez — escuché que le decia Andrés — Toda la semana estuviste usando ese pijama, te urge un baño.
— Quiero seguir jugando — berrincheo el microbio
— Alex prácticamente todas las vacaciones jugaste videojuegos — argumento Andrés — Cuando acabes de bañarte continuas, no se va a ir la consola a ningún lado.
La puerta estaba entreabierta así que se escuchaba perfectamente su discusión en el pasillo.
— No puedes obligarme a bañar, así que largo de aquí — espeta Alex.
— ¿Estás seguro que quieres retarme? — cuestiona Andrés en un tono que parece peligroso, aunque yo ya sé que es su tono peligroso de mentira — Por qué además de encargarme de confiscarte la consola, me voy a encargar de mandarte a bañar calentito ¿Eso quieres?
Ethan y yo nos encontramos tonteando con el celular, cada quien en su respectiva cama echados, fingiendo que no escuchamos lo que pasa en el pasillo.
— No me importa, igual jugaré con la tablet — escupe Alex, enojado.
— No eres un niño pequeño para que te tenga que estar pidiendo que te des una ducha, así que no me hagas enfadar Alex.
— ¡Pero yo quiero seguir jugando! ¡Solo este nivel y ya!
— Y yo quiero que ya me hagas caso Alex, por Dios — dice Andrés está vez menos paciente — llevamos ya mucho tiempo discutiendo lo mismo, obedece de una vez, no agotes mi paciencia — le pide.
Pero Alex no se da por enterado de la poca paciencia de Andrés.
— ¡Que no, joder! — después de su pequeño estallido se oye un portazo.
En una fracción de segundo todo es silencio, no obstante en menos de lo que canta un gallo se oye la puerta abrir de una forma poco amable. Las explicaciones sobran, Andrés ha abierto la puerta que acaban de cerrarle en la cara, lo que pasará después es obvio: K.o para el microbio
— Ven aquí — alcanzo a escuchar y tanto Ethan como yo hacemos una mueca.
PLAS PLAS
— ¡AU!
PLAS PLAS
— Ve a la ducha y cuando regrese quiero que ya estés bañado o me verás realmente enojado — sentencia — No tendría ni porque estarte pidiendo que te bañes, ya estás grande para estás cosas
Pocos segundos después vemos a Alex entrar a la habitación llorando un poco.
— Snif...
Ethan hace cara de pena al verlo, yo en cambio, hago una mueca.
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La herencia de los Robertson
Teen FictionLa vida puede ser algo curiosa. Dicen las personas que nunca dejas de conocer a tu familia, y nadie se lo había tomado tan literal como los Robertson, que un día sus vidas dan un giro inesperado para finalmente unirlos a todos en una sola pieza. Aho...