─────Andres─────
Cuando Kevin me dijo que lo único que hacía era darme problemas y que yo mismo lo había dicho fue como si me hubiera caído un balde de agua helada encima. Salí de la habitación con algo oprimiéndome el pecho. Inmediatamente me maldecí cuando recordé que en realidad si lo había dicho... Ver llorar a mi pulga de esa manera me hizo sentir como un auténtico monstro, me arrepentí nada más lo recordé.
Siempre me duele no hacer las paces con el justo cuando terminamos un castigo, siempre acabamos más mimosos cuando se acaba todo. Dejarlo llorando así hacia que algo me aplastara el corazón, pero sabía que quedándome solo lograría que Kevin se pusiera más rabioso.
Suspire y baje por las escaleras con el pecho destrozado.
─ ¿Por qué traes esa cara? ─ me pregunto Ana ─ Te ves horrible ─
─ No he podido hacer las paces con Kevin... ─
─ ¿He? ─
─ Se ha enojado conmigo y esta triste por mi culpa... hace unos días le dije algo que lo hizo sentir muy mal y yo ni si quiera me acordaba ─
─ ¿Pues qué le has dicho? ─
Me costaba mucho trabajo decirlo, era como tener un nudo atado a la garganta, el solo decirlo hacia que me sintiera más culpable de lo que ya me sentía.
─ Que... que solo me daba problemas... ─ suspire con tristeza ─ Lo deje muy dolido... ─
Ana me miro detalladamente, pero ni si quiera me incomodo que lo hiciera porque mi mente estaba solo pensando en cómo solucionar las cosas con mi pequeña pulga.
─ Harán las paces ─ me aseguro ─ porque lo quieres y él te quiere. Se quieren mucho los dos. Aunque Kevin este dolido va a entender que no lo has dicho enserio ¿Es así no? No lo has dicho enserio ¿Verdad? ─
─ Claro que no... solo estaba histérico y frustrado porque Kevin estaba haciéndome las cosas un poco más complicadas, pero jamás pensaría que el solo es... una carga para mí, no solo me da problemas, también me da fuerzas y me alegra la vida, sin cada uno de mis hermanos estaría perdido... ─
─ Diag... ¿Qué es esto? ¿Un guion de alguna película de Disney? ─ se burló, pero luego me dedico una mirada muy calida─ Cuando se calme seguro te escuchara y le podrás decir esto, no te preocupes ya por eso ─ me animo ─ Ahora quita por favor esa cara de perro atropellado, me dan ganas de vomitar si te veo así
Ana tenía una forma muy peculiar de decirte que se preocupa por ti. Me hizo sonreír un poco.
─ Eso, así te ves mucho mejor─ me dijo al verme sonreír ─ Te ves menos feo si sonríes─
─ ¿Te han dicho alguna vez que eres odiosamente adorable? ─
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La herencia de los Robertson
Teen FictionLa vida puede ser algo curiosa. Dicen las personas que nunca dejas de conocer a tu familia, y nadie se lo había tomado tan literal como los Robertson, que un día sus vidas dan un giro inesperado para finalmente unirlos a todos en una sola pieza. Aho...