— ¿Que demonios hicieron aquí? — preguntó Christopher, molesto, mientras recogía los pedazos de macetas rotas.
Silencio mortal.
Lo vi en sus caras, sabían que habían metido bien hondo la pata.
Pero más importante que eso. No se si lo notaron pero...
¡Por primera vez fui excluido de cagarla! Esto es nuevo récord para mi ¡JA! Y seguro para ellos.
¡Y cómo no iba a ser un nuevo récord! ¡Esto había sido la más creativo que hicieron sin mi! Me sentí un poco celoso por haber sido excluido de esta aventura, sin embargo yo no estaba en posición de poder ser todavía más castigado. Si tan sólo con el estudio diario + cero videojuegos + no tele + no salidas en vacaciones ¡en vacaciones! Ya era suficiente castigo. Incluso si me llegaba a equivocar en alguna de las preguntas que me hacían diario ¡zaz! Andrés me acomodaba un reglazo en el trasero por cada error ¡por cada error! El primer día de mis vacaciones termine con el trasero rojo por no tomarme en serio el estudio y contestar mal.
No me quiero imaginar como les va a ir al cuarteto de idiotas. Solo me queda rezar para que no los castiguen, aunque se que eso difícilmente pasará.
— Tienen 3 segundos para contestar, sino quieren que suba por ustedes y los castigue en la azotea sin importarme quien esté viendo. Así que lo preguntaré una vez más ¿Que demonios hicieron aquí?
Uy… lograron hacerlo enojar. Y como era de esperarse, el primero en hablar fue Ethan, desde la azotea, con la mirada arrepentida tal cual cachorrito desvalido.
— He… Chris… los vecinos de enfrente atacaron y… nosotros… yo… he… bueno…
— ¿Que paso con los vecinos? — preguntó Andrés con el ceño fruncido, viéndolos hacia arriba — Vi a tres chicos esconderse en la alcoba cuando salí ¡Más les vale tener buenas explicaciones! ¡Mi jardín quedó destrozado! ¡Y la silla nueva que compre! — decía, mientras levantaba la silla rota del césped
— ¡Ellos nos atacaron con bombas de talco! — contestó el microbio — ¡Teníamos que defendernos!
— ¿Así de la nada los atacaron? — inquirió Chris, oliendo igual que yo que eso no era todo. Christopher tiene un radar increíble — Sobre la calle hay un desastre de harina y agua, a unos metros de aquí. Y los vecinos de atrás no podrían alcanzar a lanzar globos hasta esa altura — opino, y luego los miró fijamente, severo — Eso me hace pensar que ustedes primero empezaron con el jueguito de los globos.
Yo no estuve, pero estoy seguro que mi hermano tenía razón, los descubrió antes de que intentarán mentir, esa mirada que les dedico mataba. Lo único que me sorprendía de todo esto, es que Ethan y Abbie hubieran colaborado.
— ¡Y mira nada mas como dejaron la alcoba de esos niños! — reprocho Andres, señalando la casa de atrás — ¿Saben en los problemas que se acaban de meter ustedes y nosotros? ¡Los padres de esos niños van a enfurecer cuando vean el desastre que hicieron!
— ¡Pero ellos lanzaron el globo de talco primero hacia nosotros! — protesto Ana, indignada — ¡Teníamos que defendernos! ¡No íbamos a dejar que se metieran con nosotros y dejarlo pasar como si nada! ¡Luego se les hará costumbre!
¡En eso yo estaba totalmente de acuerdo! Me sentí eufórico por mis hermanos ¡que nadie se meta con los Robertson!
— ¿Y que estaban haciendo ustedes antes de que eso pasara? — inquirió una vez más Chris, sentándose en una silla del jardín cómodamente, como un criminal que está planeando un asesinato— Estoy seguro que esos niños no lanzaron porque si esos globos.
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La herencia de los Robertson
Teen FictionLa vida puede ser algo curiosa. Dicen las personas que nunca dejas de conocer a tu familia, y nadie se lo había tomado tan literal como los Robertson, que un día sus vidas dan un giro inesperado para finalmente unirlos a todos en una sola pieza. Aho...