Capítulo 23

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— ¿A.. Ana? 

Abrí la puerta con cuidado y asomé la cabeza lentamente 

— ¿Anita…? — cuando entre la mire acostada sobre la cama boca abajo, llorando desconsolada… me dió tristeza, nunca había visto llorar a mi hermana — Hm… soy yo.

— Snif… snif… Vete Kevin…

— ¿Y dejarte llorar a gusto? No lo creo

— Enserio… snif… quiero estar sola snif…

— Me da igual, a mi Ethan tampoco me deja llorar a gusto ¿Por qué tú sí? — declare acercándome.

No me respondió nada, pero siguió llorando. Mientras yo me senté con cuidado sobre la cama, a lado de ella. Me dio lástima verla llorar con tanta intensidad y algo oprimió mi pecho cuando en la parte alta de sus piernas, sombreando el short que la cubría, puede observar el tono rojizo de su piel… Aunque Chris no le dió muchos azotes, a kilómetros sé escuchaba y se veía que le había pegado con dureza, no para lastimarla, pero si para dejarle un doloroso recordatorio de porque no debe patear.

— Mira… he… yo… — esto era muy incómodo para mí — Se que… esto significa un gran cambio y…

En ese momento Ana sollozo muy triste.

—  Yo… yo quiero que sea… que sea feliz... de verdad... — lloraba con intensidad — Snif… no quería hacerlo enojar,  ni quería patearlo, no se que pasó ¿Podrá perdonarme? 

Pero que tonta.

— Vamos Ana, es Chris… ¡Claro te va a perdonar! No seas idiota — le dije, jalandole el cabello en broma — Eres su favorita, te perdonaría cualquier cosa. 

— No soy su favorita…

— Como digas… ¿Enserio eso te preocupa? Solo pídele perdón y ya. Estamos hablando de Chris, no de Thanos 

En ese momento Ana se incorporó en la cama y me abrazó con fuerza. Ay Dios...

— Ya... vale… tranquila… — no tenía idea de cómo consolarla, solo correspondí su abrazo sin saber cómo reconfortarla — Ya no llores así… te perdonará…

— ¿Y si se va…? Snif… y si… y si terminan teniendo hijos y no vuelve…

— Hmm… no sé qué decirte porque yo tampoco se que pensar… pero… ¿No crees que es demasiado pronto para imaginar en que Chris tendrá hijos?

— Snif… tiene 28 años... — puntualizó

Bueno…. Viéndolo así…

— Pero apenas llevan cuatro meses de relación… — le hice ver

— No quiero que se vaya, ni compartirlo… se que es egoísta, pero no puedo evitar pensar que dejaré de ser importante en su vida  — confeso, abrazándome con más fuerza y calmando su respiración, cesando sus llantos— Está es mi única familia, son ustedes lo único que tengo...  durante mucho tiempo no pertenecí a ningún sitio... — en ese momento se separó de mí, y me vio profundamente — ¿Sabes lo que se siente no tener a dónde ir? Duele… quema... sientes un vacío que nada llena... — me explico — Durante mucho tiempo me sentí como un perrito sin dueño que a nadie le importa…  me sentí desprotegida y descuidada… abandonada por todos… snif… y hoy por fin tengo un hogar… mi hogar… — se limpió las lágrimas — No soy tan egoísta, también quiero que Chris tenga una vida propia… pero… no quería que acabara tan pronto... snif… — luego respiro profundamente — Para mí Chris y Andrés son los padres que nunca he tenido...

Se que a Ana le dolía decir esto en cada poro de su piel, aunque no lloraba, temblaba… en su rostro podía ver el dolor. Y la entendí un momento… Para Ana está familia significaba todo su mundo y no quería que nada cambiará, no gozo del amor de unos padres en su infancia, ninguno de nosotros en realidad, pero al menos entre hermanos teníamos una familia, pero Ana no tuvo nada… A ella le hizo falta tener a alguien.  Quizás es egoísta, pero la entendía, mucho tiempo estuvo sola, no tuvo familia, y ahora al fin tenía un sitio, me parecía natural que tuviera miedo de que eso acabará…

La herencia de los RobertsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora