Sinopsis.

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Cuando tus padres se comportan como completos desconocidos y te tratan como una persona irresponsable te conviertes en eso, aunque no lo seas

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Cuando tus padres se comportan como completos desconocidos y te tratan como una persona irresponsable te conviertes en eso, aunque no lo seas. Algunas costumbres son malas, en mi caso mantengo viva la imagen que ellos crearon de mí cuando en el fondo hay mucho más. Una familia que se preocupa por su estatus y mantiene costumbres bastante arcaicas.

¿Quién dice que mi hermano es mejor? Mi padre, su justificación: "es hombre y los hombres se encargan de ser la cabeza del hogar"

Fui la mejor estudiante de mi clase y me gradué en la universidad como la mejor de mi generación, pero mis padres estuvieron tan ocupados con sus negocios y presentando a mi hermano en su compañía como para estar presentes en el día de mi graduación y enterarse. Porque para ellos el perfecto Grigori es mejor en todo solo por el simple hecho de ser hombre.

Me acostumbré a que faltaran a mis cumpleaños o eventos escolares, pero esa vez agotaron mi paciencia y si algo sé muy bien es que las decisiones que se toman con la cabeza caliente no son las más inteligentes.

Lo cuál es algo irónico, ser impulsiva no está en mi larga lista de defectos y vaya que esta lista es larga según mi familia.

Definitivamente despertar en Las Vegas con la peor resaca de toda mi vida y con un anillo en mi mano no fue un buen indicio, tampoco lo fue encontrar una nota que decía: «para mi querida esposa» sobre mi móvil, intenté pensar con claridad sobre lo que sucedió la noche anterior, pero no lo logré, así que tomé mi ropa y sin molestarme en leer la nota salí de la habitación.

No me detuve hasta estar en mi auto conduciendo, lo mejor que se me ocurrió fue huir de ese lugar y hacer como si nunca hubiera sucedido, después de todo es imposible que me haya casado.

Ahora sé que estaba equivocada.

La semana en Boston transcurrió con normalidad hasta que recibí la correspondencia a fin de mes y descubrí que los errores te persiguen, no importa cuán lejos corras de ellos, siempre te alcanzan. No me molesté en ver lo que contenía el paquete, o en realidad no quería descubrir con quién me casé estando borracha, lo único que podía pasar por mi cabeza eran hombres mayores y feos que se aprovecharon de mi situación. Así que rompí todo lo que contuviera dicho sobre y lo boté en la basura, esperaba que así mi error desapareciera. ¡Qué tonta fui en ese entonces! Y que tonta sigo siendo ahora, de haber sabido todo lo que me ahorraría al haber visto esos papeles.

Guardo mi sortija de matrimonio y pienso, pienso en lo que pudo ser y no fue por no haber sido valiente, por no leer la nota sobre mi móvil y por lo que me llevó hasta la actualidad. Decir que me arrepiento es poco, pero ya no puedo regresar el tiempo y corregir mis errores, solo puedo seguir adelante y aprender la lección.

La peor decisión que tomé terminó siendo la mejor. 

Una Lección de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora