Capítulo 8.

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Mi madre habla con la planificadora de bodas y cada opción que le dan sobre la decoración le parece mejor que la anterior

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Mi madre habla con la planificadora de bodas y cada opción que le dan sobre la decoración le parece mejor que la anterior. Yo solo observo la revista con ideas para vestidos y me mantengo sin dar mi opinión. No es algo que disfrute, pero una mirada de mi madre es capaz de silenciar incluso a Hitler. Le he dicho que la boda no va a llevarse a cabo, pero ella no me toma enserio porque una orden de mi padre no es algo que en mi familia pueda ignorarse.

La planificadora tampoco parece interesada en mi opinión porque por supuesto que ella solo está interesada donde ve el dinero y como mi madre se ha encargado de asegurar que no escatimará en los gastos de mi boda ella le ha dado toda su atención. Trato de retirarme, pero irónicamente soy la novia y no puedo solo huir, al menos esas fueron las palabras de la planificadora que no deja de sonreír cuando mi madre agrega más presupuesto a la boda.

¿Quién necesita gastar tanto dinero en un evento que solo durará una noche?

Por suerte, para mi salud mental mi hermano me está llamando y me da la excusa para dejar el salón, no dudo en utilizar eso como mi salida de la casa. Solo mencionar al perfecto Grigori y mi madre me da su aprobación para hablar en otro lugar. Lo cual es bueno porque si escucho la diferencia entre tonos que para mí lucen iguales voy a llorar.

—¡Por favor, dime que ahora somos enemigos con los Walker y la boda se cancela!—es lo primero que digo al descolgar la llamada.

Por la risa de mi hermano supongo que no me llama para darme buenas noticias.

—No, pero si tengo algo que hablar contigo sobre otra boda. Voy saliendo de la empresa. ¿Podemos vernos ahora?

Por el tono en su voz noto la urgencia y como no tengo nada mejor que hacer acepto sin dudarlo. Quedamos de vernos en la cafetería que frecuento y regreso a la casa por mi bolso.

Conduzco con cuidado por unos veinte minutos, justo a esta hora Boston es una ciudad con buen tráfico. Cuando he llegado a la cafetería mi hermano ya está ahí. Pido una taza de té en cuanto tomo asiento y enseguida noto que mi hermano está algo tenso. Me preocupo enseguida y es que Grigori siempre está tranquilo. Es algo que nunca he entendido.

No importa la situación Grigori es capaz de mantener su rostro serio y esa calma me irrita demasiado. Sé que es parte de las enseñanzas de nuestro padre, una expresión impenetrable, pero fuera de la oficina no debería ser así. O al menos eso es lo que pienso. Una persona puede ser capaz de trabajar duro y tener una vida personal, en especial con grandes cargas de trabajo.

Grigori golpea la mesa con un paquete tomándome por sorpresa.

—¿Con qué clase de hombre te casaste Kate?

Parpadeo confundida y enseguida veo mi nombre en cursiva. He olvidado muchas cosas, pero estoy segura de que esa es la misma letra que vi en la nota cuando desperté luego de casarme.

Una Lección de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora