Capítulo 11.

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Han pasado dos días

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Han pasado dos días.

Dos días desde que me encontré con Jackson y mi cabeza sigue siendo un desastre. En especial luego de leer noticias recientes sobre él y darme cuenta que la esposa misteriosa soy yo. Por eso mi hermano no encontraba la información, los periodistas tampoco dieron conmigo gracias a él. Solo alguien con sus recursos e influencia podría mantener esa información confidencial para los demás.

Observo el anillo que mi madre acaba de entregarme y es gracioso, él también me envió uno que me gusta mucho más. Una flor con diamantes y un zafiro en el medio, la banda en oro blanco está decorada por otras pequeñas incrustaciones de diamante, aunque puede ser incluso más caro que el anillo que mi madre me muestra es mucho más delicado y sutil, algo que me vería usando.

Incluso si fue una boda espontánea parece más real que mi futuro matrimonio con Decker, al menos hay algo con mi estilo en lo que Jackson ofrece, mientras que mi madre o mi padre han tomado todas las decisiones con respecto a la otra boda.

—Quieren que me case por publicidad, porque no usan a Grigori, es la imagen del grupo familiar.

—No seas tonta Kate, además hasta donde recuerdo desde que los Walker se mudaron a la casa de al lado te ha gustado Decker.

—Incluso si eso fuera cierto, lo cual niego rotundamente, él no está interesado.

—Pero incluso si no lo está hará lo que se le pida, es un marido ideal para ti. No debes preocuparte por nada más.

Me gustaría decir que es una broma, pero ella habla en serio.

—No me gusta, es demasiado pretencioso.

—Igual que tú.

—No me gustaría usar un anillo así todos los días, es demasiado molesto. ¿Acaso fueron a la joyería y pidieron el diamante más grande?

Mi madre se ríe como si fuera un chiste. Supongo que para ella debe ser divertido, no es a quien le están planeando la vida.

—Tu hermano y Decker fueron por él, no puedes quejarte que Decker no ha puesto de su parte, deberías hacer lo mismo.

—¿Para qué? No estás tu a cargo, ni siquiera tengo voz en las decisiones que toman porque no recuerdo cuando acepté toda esta locura.

Me pongo de pie y tomo mi cartera.

—Si a alguien le interesa estaré de compras por lo que no estaré disponible—menciono mientras me despido de mi madre.

Saliendo me encuentro a mi hermano y aprovecho para preguntarle por el anillo.

—Solo por curiosidad, ¿cuándo fueron a comprar el anillo, pidieron el diamante más grande?

Mi hermano sonríe y es molesto.

Una Lección de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora