Capítulo 41.

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Una acción disciplinaria.

Es la segunda acción en mi historia académica que recibo e irónicamente el encargado de hacerla es el mismo profesor. Al igual que la primera no la merezco, en especial cuando la segunda no tiene sentido. Si bien falté a clase, eso no le da derecho a realizar dicha acción en mi contra.

Trato de no mostrar mi molestia ya que este hombre se ha esforzado lo suficiente para hacerme ver como una chica malcriada. Admito que esperaba algo de estrés por faltar el día anterior, pero no esperaba este show. Incluso mi examen fue programado para la próxima semana sin ningún problema.

La siguiente hora se vuelve eterna mientras trato de ser una persona educada, nunca he tenido problemas para solo asentir y tragarme mi orgullo, pero hay algo diferente en mí. Algo que no me permite soportar esa actitud de su parte, incluso si sé porqué lo hace.

Pero ambos somos adultos y merezco respeto, en especial porque ni en el pasado ni ahora hice nada malo. Él fue quien se dejó seducir por una estudiante a cambio de buenas notas, y por dicha estudiante tuvo el descaro de culparme. No soportando más la situación me pongo de pie dispuesta a abandonar la clase.

Al llegar a la salida me interrumpe atrayendo toda la atención hacia mí. No dejo que me afecte.

— La clase no ha terminado señorita Morgan.

—Para mí ya terminó y si usted ya terminó con su teatro barato y de mal gusto voy a hablar de estas clases con el decano, si gusta puede unirse a nosotros a ver si ahí tiene tanto por decir como ahora—antes de irme me giro para aclarar algo más—. Y mi apellido es Collins, señora Collins.

Hay todo un nivel de satisfacción ante mi declaración.

Con la frente en alto y sintiéndome la dueña del lugar salgo de esa clase con rumbo a la oficina del decano. Mientras espero me permito observar un par de revistas y no me sorprende que el rostro de Jackson esté en varias de ellas. Le sonrío como tonta a la revista y eso llama la atención de la recepcionista.

—¿Es guapo, verdad? Si corres con suerte todavía alcanzas para anotarte en el conversatorio que dará en unas semanas, siempre que viene el auditorio es toda una locura.

—Ya me anoté, primera fila.

—Chica lista.

Espero paciente hasta que finalmente puedo entrar a ver al decano. No me emociona traer a colación mi historial con el profesor, pero debo hacerlo ya que no puedo seguir en esa clase, al menos no como ha ido con el profesor suplente. Me gustaría decir que se me toma enserio con mi declaración, pero no me voy a engañar, a diferencia del maestro el decano frente a mí sabe muy bien mi apellido de casada y también el peso que representa ser la esposa de Jackson Collins. Podría solo estar diciendo mentiras o pidiendo caprichos que ellos van a cumplir cada una de mis peticiones.

Supongo que es algo triste, pero muchas veces el mundo se mueve así, aquellos con dinero y poder hacen lo que quieren.

Pero al menos he logrado que el profesor sea asignado a otro curso, uno en el que no tengamos que coincidir en el futuro. Es un triunfo algo agridulce, pero al menos será un problema menos.

***

—¿Entonces ya pensaste sobre la propuesta que te hizo mi hermano?

Observo a Rei de reojo antes de volver mi atención al salón lleno de personas. Una gala para recaudar fondos que organiza su madre. Sonrío como lo he hecho desde que llegué y es que esta ha sido una noche peculiar, si bien no es nuestro primer evento, si es el primero donde nuestra relación es real. Estaba tan nerviosa que casi vomito antes de venir, pero bastaron unas pocas palabras de Jackson para calmar todo el caos que había en mi cabeza.

Una Lección de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora