Capítulo 31.

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Rei me entrega una bolsa con regalos y hace lo mismo con Jackson, una vez que ella tiene su propia bolsa con regalos le pide a los niños que hagan tres filas

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Rei me entrega una bolsa con regalos y hace lo mismo con Jackson, una vez que ella tiene su propia bolsa con regalos le pide a los niños que hagan tres filas. Todos le hacen caso y dejan de jugar con el Santa falso para hacer la fila y recibir sus regalos. Los llamamos por sus nombres porque hay un regalo personalizado para cada niño de la fiesta y una vez que terminamos todos los niños están abriendo sus regalos y supongo que es agradable ver las sonrisas en sus rostros cuando lo hacen.

Me aparto con Rei y le ayudo a recoger un poco del caos que van dejando los niños.

—No pensé que te fuera a convencer de venir —Rei mira en dirección a Jackson y él está hablando con el Santa falso mejor conocido como Ben —. Todas sus novias odiaban ayudar en la fundación, en especial en esta época.

—¿Y perderse toda la diversión de estar vestida como elfo? —bromeo mientras giro para presumir mi disfraz igual al de ella —. No sé qué clase de novias tenía Jackson, pero sin dudas y por lo que tu familia cuenta está mucho mejor sin ellas. Incluso me siento ofendida porque dudaron de invitarme.

—La clase de chicas que nunca en su vida han movido un dedo para ocuparse de algo en la casa.

—Me temo que ese podría ser mi caso, siempre hubo alguien para hacer las cosas por mí.

—Pero no te acostumbraste a eso ni dependes de eso.

—Lo hice hasta que fui a la universidad—le explico—. Mi mamá no permitía que hiciera ni mi cama.

—¡Oh! Mi mamá fue todo lo contrario, incluso si nos dieron todo nos enseñaron a no depender de otros.

Sonrío porque sus padres criaron a unos grandiosos hijos.

Acompaño a Rei para ayudarla a recoger las mesas. Es agradable escuchar el sonido de risas y murmullos de los niños mientras lo hacemos. Mientras descansamos y tomamos asiento veo a Jackson acercarse y Ben sigue siendo un Santa muy energético que cuenta historias bastante fantasiosas, pero que hacen a los niños reír.

—Es un buen Santa—menciono cuando toma asiento a mi lado, ambos vemos a Ben que ahora carga a un niño—. Quizá demasiado energético.

—A los niños les gusta, si no es él lo extrañan—me explica—. Hace dos años no pudo asistir, su mamá estaba en el hospital, así que tuvimos que improvisar pero no fue lo mismo.

—Por eso es Santa y no un elfo—menciono mientras tiro del pompón en su gorro verde.

Jackson voltea a verme y supongo que no estoy lista para esa sonrisa, tampoco para la forma en que me mira por lo que vuelvo a ver a los niños.

—Eso y que es bueno con los niños.

No dudo de esas palabras porque desde que llegué lo he visto jugar, correr y entretener a los niños.

Una Lección de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora