།𝐂ᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝐒ɪᴇᴛᴇ ᴘᴀʀᴛᴇ 𝐃ᴏs།

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Italia

Dean Dawson

Las días pasan y milagrosamente pasamos a la final del campeonato. El entrenamiento es arduo pero vale la pena, todos estamos dando lo mejor de nosotros.

— Perdamos o ganemos, ya somos campeones. — nos dice Antoni, él es el capitán y más que capitán, es un líder, tiene capacidad y humildad para liderar, no se cree el mejor solo por tener la banda, hemos fortalecido nuestro equipo con la amistad.

— Recuerden — dice y todos nos preparamos para gritar — «Somos los campeones, siempre los mejores»

— Si mañana ganamos — dice el entrenador Mújica —  será una fecha histórica para la academia ya que llevará un equipo local— todos oímos con atención, aunque la academia es un poco reconocida, no tiene equipo que presumir ya que todos los jóvenes que se han estrenado aquí, han sido fichados por equipos locales — También para ustedes, de jugar en el distrito pueden escalar y llegar a la profesional luego a la liga uno — sus palabras no hacen nada más que alimentar nuestras ilusiones — imagínense jugando para el Milán — todos abuchean incluyéndome,— así qué, a dar lo mejor. Pueden irse, a descansar por favor — todos nos vamos a los vestidores a cambiarnos, este fue nuestro último entrenamiento y si ganamos, se vienes cosas grandes.

— ¿cómo crees que terminemos mañana? — pregunta Mazón, un compañero de equipo.

Pienso mi respuesta, en el fútbol todo puede pasar, es cincuenta - cincuenta, podemos ganar o perder, no diría que tenemos algún pronóstico porque solo hemos quedado los mejores.

— Perdamos o ganemos no importa, lo que importa que hemos ganado experiencia y amigos — dice Antoni a nuestro lado.

— Y una que otra fan. — digo con una sonrisa, la vez pasada mientras jugábamos alguien gritó. «Antoni hazme tuya» Mi amigo casi se va de bruces mientras corría.

— Muchas te querrán entre sus piernas — dice Mazón.

Salimos de la academia y nos despedimos, cada quien toma el camino a su casa, yo camino hacia la mía meditando en el camino, el partido de mañana es algo crucial para mí, puede que ahí empieza mi futuro como futbolista ya que uno de los premios es un cupo para la liga local aparte de dinero en efectivo.

Quiero ganar.

Tengo que ganar.

Pero también quiero que mi madre vaya a ver lo que puedo hacer, antes no podía pero se que en la final si, porque será domingo, pero sé que no irá así que llamo a Natalie para invitarla aunque ya lo haya hecho.

— No te olvides de mañana. — le digo y ríe.

— Ahí estaré grandulón  — dice entre risa.

— Bien — entro a casa y estoy tan despistado que no me acuerdo que sábado llega Keira.

— Hola — saluda cuando aparezco en la lavandería.

— Hola — digo procesando lo que me causa verla.  continúa con lo que hace y yo voy a dejar la ropa sucia en la canasta para luego ir a la ducha, cuando salgo ya no está, tiendo mi toalla cuando mi madre aparece.

— Me enteré que mañana es la final — dice derrepente.

— Ajá — respondo no dándole importancia, sacudo mi cabeza para que salga el agua que atrapó mi cabello.

— ¿A qué horas es? — Pregunta y doy un suspiro, el que no haya apoyado mis sueños hace que no tenga emoción de contarle mis logros.

— A las tres. — digo saliendo.

Hojas Secas En OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora