| 𝐂ᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝐍ᴜᴇᴠᴇ |

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ɪᴛᴀʟɪᴀ

ᴅᴇᴀᴍ ᴅᴀᴡsᴏɴ

Lance está emocionado, quiere viajar en avión y Leslie se mantiene escéptico como siempre.

— Cuiden a mamá, no la dejen mucho tiempo sola — aconsejo.

— Si. — responde Lance y Leslie asiente.

— No te preocupes por mi, ponle mucho empeño a tus partidos. Nosotros estaremos bien — consuela mi madre.

— Si todo va bien, dejaras de trabajar. — le digo, esos son nuestros planes.

— Ya te he dicho que no dejaré de trabajar, tú tienes que trabajar para ti, para que compres tus cosas.

— Te lo mereces. — digo y nos volvemos a abrazar, suspira mientras mi mente maquina a la velocidad de la luz con todos los pensamientos que le llegan, Keira a un no llega y temo a que no venga.

Desde el día que la deje en su casa, hemos hablado por mensajes, empezando por esa noche.

«Buenas noches, Kei» le envié cuando estaba en mi cama pensando en ella y su sonrisa apesar de sus carencias.

Parece que todo le va bien por la manera que es, por como es su estado de ánimo, ojos brillantes y sonrisa cálida, en la mañana me escribió que vendría pero aún no llega y el anuncio de embarque ya está, suspiro.

Tengo que irme y beso por último vez a mamá, se aferra a mí y yo miro la puerta de cristal por si ella viene.

Es estúpido esperar algo de ella cuando no me ha dado motivos para hacerlo, pero mi estúpido corazón se aferra a ilusiones que como resultados es ver através del cristal como caen las hojas secas de otoño.

Igual al día que papá murió. Era otoño y su tumba de cubrió de hojas amarillas apenas se terminó de cubrir, ayer fui a su tumba y llore porque esta es una etapa muy importante para mí y no pude evitar preguntarme que hubiera sido de mi si el aún estuviera vivo, cual hubieran sido sus palabras a todo esto, ¿se hubiera reído porque no quiero dejar mi país?, ¿Me daria un abrazo de despedida?

Mis ojos se empañan en los brazos de mi madre, nunca dejaras de sentir el vacío de tus padres, nunca, a si hayan pasado trece años... Y más si se fueron de la manera que el se fue de mi lado..

El dolor de su recuerdo llega con la sensación de sentirme abandonado e indefenso pero desaparece cuando reconozco la silueta que se acerca corriendo.

«Maldita sea», porque siempre aparece en mis momentos más vulnerables haciéndome olvidar de todo, incluso del dolor.

Parpadeo para aclarar mi visión y dejó a mi madre cuando Keira se acerca, jadea al detenerse y me doy cuenta que ha corrido mucho tramo.

— ¿Siempre vas contra el tiempo? — pregunto y sonrió por inercia

— El tiempo va contra mi — se defiende — corrí demasiado, creí que no te alcanzaría, buenas tardes señora Milla — saluda a mi madre y a mis hermanos. Mi madre se sorprende el que ella esté ahí y me da esa mirada que solo yo y mis hermanos entendemos.

Quiere saber el motivo de la presencia de Keira, pero no sé lo dire.

— Gracias por venir — digo mirando sus mejillas sonrojadas.

— De nada, espero que todo te vaya bien y volverte  a ver algún día convertido en un astro del fútbol.

— ¿ Por que verme algún día y no pronto? — pregunto, — En cada despedida no se supone que dicen espero volverte a ver pronto.

Hojas Secas En OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora