Capítulo 0

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Ginji

¿Cuál piensas que es el peor día de tu vida? Yo creía que era cuando mis padres me echaron de casa al decirles que quería ser artista, también pudo ser cuando mis fans descubrieron que era hombre y me llegó todo su rechazo o peor aún, cuando esta gente me convirtió en mujer en contra de mi voluntad.

Estaba muy equivocado, el peor día de mi vida es este.

Intento quitarme las cadenas que se encuentran enganchadas con fuerza a mis manos unidas, pero me es imposible, su otro extremo está muy aferrado al pavimento. Monstruos horripilantes y negros salen de los suelos, aproximándose hasta mí. Tiemblo sintiendo la tensión, forcejeo con desespero, pero no puedo lograrlo, estoy atrapado. Tropiezo cuando una garra toma mi pie descalzo, así que grito alterado en el piso. Más manos salen de los suelos, toman mi pequeño vestido. El horror, el miedo se apodera de mí, no tengo idea de lo que pueda pasarme.

Me sobresalto cuando varias antorchas se encienden a mi alrededor y los monstruos se alejan un poco por la luz. Una persona enmascarada se acerca al atril, junto con sus seguidores que le vienen detrás, todos con máscaras blancas y túnicas negras.

—Nos honra tenerte hoy aquí, Ginji. —Reconozco su voz, así que frunzo el ceño—. ¡Deléitate, mira lo mucho que has avanzado, mira tu valentía, ahora ya eres el espécimen perfecto! Nos honra lo mucho que has mejorado, por eso hoy es el día, hoy te entregaremos a nuestro gran señor. —Alza las manos—. ¡Oh, gran ser, asómbranos con tu gran presencia, acepta este sacrificio! Un hombre que ahora es mujer, joven y pura, tómala, haz lo que quieras con ella, es tuya.

Me estremezco cuando un monstruo como los anteriores, pero enorme, comienza a crecer, cubriendo todo el cielo, volviéndolo más oscuro de lo que ya es. Sus grandes colmillos se aproximan hasta mí y siento que es mi fin.

Definitivamente, el peor día de mi vida.

Meses antes.

Estoy en el escenario, miles de personas me ven, es la humillación de mi existencia. Alguien puso en la pantalla grande, que hay detrás de mí, puso un video de cuando me estaba cambiando y disfrazando de Ginniska, mi álter ego, mi yo artista. Seguro un paparazzi que se sintió defraudado, como todos mis fans ahora, hizo viral el video, el cual se muestra una y otra vez. Dejo de estar en shock cuando me empiezan a tirar cosas. Claro, descubrieron que no soy la mujer que aman, creen que me burlaba de ellos al disfrazarme de chica, pero la realidad es muy distinta.

Yo solo quería actuar.

Salgo corriendo con lágrimas en los ojos y me cruzo con Talk, mi némesis en el mundo del espectáculo, no lo dejo hablar, solo avanzo. Ahora él seguro se quedará con el papel principal de esta obra y todos los que la agencia le ofrezca, todos los papeles que ya no serán para mí. Mientras reviso mi celular, en el pasillo me cruzo con quien sí logra detener mi huida, es mi manager, el único que sabía mi secreto.

—Tranquilo, lo solucionaremos.

—Rouge... —Suspiro—. Es tarde, ya es viral, mira. —Le muestro mi teléfono con todos los mensajes de odio en las redes—. Los haters crecieron como una plaga y no se va a detener.

—Gin, yo...

—¿Crees que tengo talento? —expreso angustiado—. Todos están diciendo que la única razón por la que me querían es porque pensaban que era una chica, creen que me burlé de ellos ¿Cómo podría? Yo jamás sería capaz de ridiculizar a ningún género, nunca he estado en contra de la comunidad, ni soy fóbico ni tengo odio por esas personas ¡¿Sabes la cantidad de cosas que han dicho de mí?! —grito desesperado.

—Lo lamento tanto, debí hacer algo, vaya. —Suspira—. Jamás te había visto así de alterado, Gin, vas muy en serio con esto.

—Siempre he ido en serio con mi carrera, pero se ve que nadie lo comprende, ni tú. —Comienzo a caminar e intento esquivarlo, pero me toma de la mano.

—No dejes que mis sentimientos por ti te cieguen, yo no te elegí como artista solo porque me gustaras, yo te elegí porque realmente sé que tienes talento, lo juro.

Me suelto.

—Déjame, Rouge, tú también piensas con tu entrepierna, es casi lo mismo, solo que al revés porque eres gay. Todos solo me quieren si tengo o no algo entre las piernas, así que no puedo creerte nada.

—No lo grites tan fuerte. —Se afloja la corbata nervioso, al todavía ocultar su sexualidad a los demás—. Escucha, esto no se trata de mí y lo que me gusta, se trata de ti. Tienes que confiar, eres una estrella, lo supe desde la primera vez que te vi.

—Confío en ti, solo que ya no sé qué pensar.

Me retiro triste a mi camerino, sin embargo me sigue, siento que esto es de no acabar. Este debe ser el peor día de mi vida ¿Por qué será que se me acumula la mala suerte? Debo estar maldito.

La secta del cambio de géneroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora