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Dolent

Criatura de la inocencia, luchas con confidencia.
Y cuando tus demonios te tientan y caigas, solo vuelve al punto inicial.
Pero si nada funciona, solo vives sufriendo...


-Bueno...
-Mycroft no dejas que vuelva otra vez, por favor- pidió Clara entre lágrimas, al télefono y rápidamente colgó.
Al escuchar esas palabras, Mycroft Holmes comprendió lo que había sucedido: Sherlock había ido a buscar a Clara. Por eso no dudo ni un segundo más y abandonó su oficina.

-A Baker Street- ordenó, y el chofer obedeció con diligencia.

Sherlock estaba encerrado en la sala de estar y solo se dedicaba a recordar ese momento.

"Clara temblaba, sus manos sudaban y peor aún, tenía una mirada llena de dolor. Parecía como si quisera huir de aquel terrible rostro del pasado.

-Clara...yo...- comenzó Sherlock

Pero al final, Clara sabía que no podía huir y ante eso, decidió enfrentarlo. Por eso, detuvo las palabras de Sherlock con un movimiento de su mano. Luego ella avanzó apoyada por su bastón y lentamente tomo asiento en uno de los sofás.
Sherlock puso atención en cada movimiento y una sensación de culpa lo invadió.

Clara lo notó y mejor, prefirió ser directa.
-A qué has venido...
La pregunta tomo por sorpresa a Sherlock y dijo -Yo...- pero de pronto no pudo más y sin más exclamó, -lo siento.

Clara al escucharlo sonrió con tristeza y con esa voz tan apagada, respondió. -Sabes nunca creí que después de 6 años pudieras venir hasta aquí, y me dijeras que lo sientes. Aunque supongo que es mejor hacerle tarde a no hacerlo...así que está bien, yo lo aceptó.

Sherlock le miro de nuevo, solo que esta vez su rostro reflejaba sopresa y Clara volvió a notarlo.
-Veo que te sorprende
-Sí- dijo él
-No debería, yo no sería capaz de culparte o de guardarte algún rencor. Además, como puedes ver, no tengo tiempo para pensar en ello.
-Si lo puedes hacer...- exclamó Sherlock
-Hacer, qué- preguntó Clara
-Culparme
-Y qué ganaría. Las culpas no devuelven nada de lo perdido- dijo ella y al ver a Sherlock, preguntó -acaso tú te sentirías mejor si te culpo.
Sherlock asintió y dijo, -por favor, hazlo.

-Bien...bien- repitió Clara y luego de unos momentos, en los cuales buscó en su interior todo aquel dolor que tenía guardado, comenzó a hablar.

-Yo te culpo por tu ausencia y por tu decisión de querer alejarte. En verdad creíste que si tú desaparecías de mi vida, yo estaría mejor. Cómo te atreviste a decidir por mí, no tenías derecho Sherlock Holmes. Y sabes por qué.

Sherlock negó y ella continuó hablando.
-Porque lo hiciste pensando en ti. Nunca en mí. Y me hubieses visto, al principio no sabía como seguir adelante, porque no es fácil, imagínate...tengo la columna desviada, no puedo ni caminar correctamente, mucho menos correr. Y que te puedo decir de mis crisis nerviosas o de la infección respiratoria con la que tengo que luchar a diario.
Si de verdad, hubieras pensado en mí, al menos habrías esperado a que yo despertara, a que yo pudiera decidir. Pero no, cuando yo desperté, tú ya no estabas. Solo te borraste de mi vida y hoy que viniste a verme, yo solo puedo decirte que no llores por compasión.

Sherlock reaccionó ante esas palabras y tocó su rostro, las lágrimas estaban ahí. Pero antes de que pudiera decirle alguna respuesta, Clara le hizo una petición.
-Vete, Sherlock. Algo paso conmigo y estoy dejando de ser la persona que recuerdas."

Mi amigo secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora