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Lugubrious

Lugubrious

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Estabas ahí parado como un dios enojado contando mis pecados para tacharlos. Diciendo que mi lengua era demasiado fuerte para confiar.
Querido mío no eres inocente estás engañando a las puertas del cielo para que no tengas que cambiar.
No eres un santo. No eres un salvador.






-Yo también y quiero estar contigo- exclamó Hannibal.
Will sonrió conmocionado, las palabras de Clara eran ciertas. Podía estar con Hannibal.
Después, volvieron a besarse y con eso, sellaron el inicio de su relación.

Clara estaba sola y desorientada en medio de un campo vacío. De repente, una densa niebla lo cubrió todo. Por un instante, Clara quiso salir corriendo y buscar refugio, pero se armo de valor y comenzó a caminar lentamente.
Pronto, se encontró con el cadáver de Stela y una sensación irresistible la hizo acercarse.
-Tú eres especial. Te han escogido y hay una promesa que cumplir- dijo Stela, a pesar de tener la cabeza cercenada.
-Promesa, de quién- preguntó Clara desconcertada
-Solo tu propio horror te salvará- contestó Stela. Luego, extendió su mano y le ofreció aquella rosa blanca.
-Han dejado está flor para ti.
Clara temerosa la recibió.

De repente, todo se desvaneció y Clara poco a poco fue despertando de sus recuerdos.
Las luces blancas y el olor del antiséptico fue lo primero que percibió.
Luego, vio dos siluetas. Al principio, le costo trabajo saber de quienes se trataban. Finalmente, pudo distinguirlos.
Will y Hannibal le observaban atentamente.

-Cómo te sientes- pronunció Will de forma cariñosa.
-Creo que bien...aunque todavía tengo una extraña sensación de miedo y desesperación, supongo que es por lo vimos en ese jardín- respondió Clara
Esas palabras intraquilizaron a Will, pero prefirió disimular con un pequeña sonrisa.
-Y también, por lo de Mycroft. ¿Fue real, verdad?- preguntó ella con temor.
-Me temo que sí, širdies- contestó Hannibal y tras un instante agregó, -en mi idioma natal, significa "corazón".

Will sonrió por ese sobrenombre y Clara notó esa acción, además se dio cuenta de que había una atmósfera de intimidad entre ellos y comprendió lo que sucedía.
Ahora eran pareja y se alegro por ello.

Un toque en la puerta interrumpió sus pensamientos. Era Horacio Cantlemere.
-Clara, me da gusto que estés mejor- dijo él al entrar
-Gracias por su preocupación, pero considero que no es un buen momento- intervino Hannibal
-Lo sé, solo quería verla- respondió Horacio e iba a retirarse, pero la voz de Clara lo detuvo.

-¿Por qué dejaste que me hiciera esto?- preguntó ella
Al escucharla Horacio se quedó de frente a la puerta, inmóvil.
-¿Por qué me traicionaste?- siguió diciendo Clara
-Clara...yo pensé que era lo mejor
-Lo mejor, acaso no te das cuenta de que me declaro incapaz mentalmente.
-Él me dijo que no estabas bien y yo le creí- repuso él.

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⏰ Última actualización: Sep 11, 2022 ⏰

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