LIBRO IV. Capítulo 3: La Decisión de Dante

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Capitulo 3

La Decisión de Dante

El entrenamiento de Dante había continuado de una manera intensiva ahora que contaba con dos maestros. El grupo había elegido un paraje bastante alejado y algo desértico para poder mantenerse fuera de las miradas de la gente común. Al principio fue difícil para Dante poder contener el brazo rápido de Clare ya que lo hizo como humano sin querer aumentar su nivel de poder, transformándose. Quien encontró la forma fue Myu quien sincronizó su mente con la suya para mostrarle el como poder aumentar su velocidad y superar a Clare

Tras unos días, Dante estaba casi igualando la técnica de la Claymore mostrando mayor destreza con la espada, aunque con su peculiar modo de ser. Cuando se cansaba simplemente envainaba su arma y se hacía a un lado, dejando a sus maestros con un palmo de narices. Mas de una vez, Clare se cayó al dar una estocada al vacío cuando Dante se apartaba al escuchar el llamado a comer por parte de Raki. Luego de la comida, solían levantar el campamento e irse. No permanecían mucho tiempo en un solo lugar para evitar ser sorprendidos. Clare era conciente que la organización podría estarlos buscando así que recomendaba moverse constantemente. La relación entre ella y Dante parecía ser cordial y cuando caminaban, lo hacían juntos y charlaban pese a la manera de ser de Clare. Claro que Dante ya había dejado de lado sus actitudes pícaras cuando hablaba con ella salvo un comentario sarcástico de vez en cuando. Clare estaba mas interesada en conocer mas del torneo y el como podría ser un encuentro con Teresa. Mostró cierta preocupación al saber que Dante y Teresa tal vez deberían pelear

La rutina si afectaba a Illya quien estaba cansada de tanto caminar. Dante la llevaba en su espalda cuando caminaban de noche si es que Clare advertía que era mejor moverse. Illya actuaba allí como una niña remolona y se negaba a levantarse y al final se acomodaba en la espalda de su servant donde terminaba de dormir, aunque de día caminaba avergonzada y no le hablaba a Dante. Raki se veía obligado a llevar la pesada espada de Dante en esas ocasiones y lo hacía de mala gana ya que el cazador no le terminaba de simpatizar, celoso aún por la confianza que Clare parecía tenerle. Myu por su parte, solía desaparecerse de vez en cuando, con el pretexto de cubrir las huellas y se integraba al grupo mucho después.

Aquel día, los cinco caminaban buscando un buen lugar donde entrenar. Habían caminado gran parte de la noche y necesitaban ya descansar. Clare y Dante caminaban juntos casi sin hablar, seguidos por Raki e Illya, cerrando la marcha Myu de Papillon

Para Raki, le era un tanto intimidante tener a Myu detrás de el, aunque le resultaba mas molesto tener que cargar con todas las cosas ya que nadie se dignaba a ayudarle por lo que el camino se le hacía cada vez mas pesado. Pese a los días pasados, no había intercambiado palabras con nadie mas que los saludos habituales o monosílabos corteses y se moría de ganas de decirle a Illya que le ayude con algo. La niña le parecía una mocosa engreída por lo que no había tratado de ganarse su confianza. Fue cuando ya cansado se detuvo al ver un pequeño claro en el bosque

- Creo que este es un buen lugar para descansar ¿no les parece?

Clare y Dante se detienen y lo quedan mirando como si no entendieran pero Raki se hizo el tonto y se puso a sacar todo

- No me gusta este lugar - dice Illya - debemos ir a uno cerca a un río... cualquier tonto que acampa sabe eso

- Pues, porque no vas a buscar ese río y a tu regreso puedes traer algo de leña...

- ¡oye! ¡¿Como te atreves?! ¡No soy tu sirvienta!

- ¡Y yo no soy tu cocinero! ¡Si estás aquí deberías ayudar!

- ¡Yo soy la jefa de este grupo y no tengo porque ponerme a tus órdenes!

- ¿La jefa? ¡Jaja! Pensé que eras la hija malcriada de Dante...

En Busca de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora