LIBRO XVI. Capítulo 4: Todos Contra Uno y Uno Contra Todos

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Capítulo 4

Todos Contra Uno y Uno Contra Todos

En el planeta Oron

Tras su regreso de aquel otro universo, Yakumo relató a Deianeira y al resto de los presentes sus experiencias e impresiones tras las que lograron obtener una muestra de la Flor de la vida. El contenedor dentro del que se mantenía el ejemplar se volvió rápidamente el centro de atención de todos, por lo que, tras saberse no más requerida allí, Yakumo logró escaparse del lugar de reunión, en búsqueda de un sitio en el cual poder relajarse aunque sea unos minutos.

No fue demasiado lejos, eligió un enorme árbol y su sombra como resguardo, sentándose con el tronco como respaldo.

Tras unos segundos de reflexión, entendió por qué ese sitio la llamó desde la distancia, le recordaba un poco a la zona trasera de aquella que fue casa por casi una década. Suspiró al recordar que esa construcción ya no existe, fue destruida a causa de los problemas del torneo, por lo que no pudo evitar pensar en qué haría una vez que todo esto terminara... si alguna vez terminaba...

En eso cavilaba cuando vio a Age andar por la misma vereda que ella recorrió. En cuanto la divisó, el nodos fue a su encuentro.

- ¿Por qué Yakumo-sama está aquí? Age se preocupó, se fue sin avisar.

- No era mi intención, lo siento –se disculpó, permaneciendo cómodamente sentada en el pasto- No considero que sea un lugar peligroso, por eso me atreví a salir sin compañía ¿o me equivoco? –Preguntó, sabiendo que este era un planeta que él conocía a la perfección- Además, ya no tienes que preocuparte por mi Age, ya no soy tu master, ni tu mi servant, por lo que no tienes que cuidarme.

Age negó rotundamente con la cabeza – Se equivoca, Age prometió a Cort que la cuidaría cuando él no esté cerca, él le hizo jurar a Age que lo haría.

- ¿En verdad hizo eso? –cuestionó, un poco sorprendida.

Age asintió – Él se preocupa por Yakumo-sama, y Age también aunque no sea un servant.

- Muchas gracias, Age –ella lo invita a sentarse a su lado, a lo que el nodos acepta.

- ¿A Yakumo-sama le gusta el planeta de Age?- preguntó, mirando el paisaje delante de ellos.

- Es muy hermoso, supongo que estás feliz de volver a él después de todo este tiempo.

- Sí, aquí es donde está la tumba de mamá.

Yakumo sabía que Age consideraba a los restos de una nave espacial "su madre", por lo que respetaría su forma de pensar.

- ¿Yakumo-sama recuerda a su mamá?- preguntó él de repente.

- Mi madre... no, ella murió cuando yo era muy joven, me apena pero no la recuerdo.

- Que triste...

- Pero recuerdo bien a mi padre, él era un científico, muy inteligente y amable. Pese a todos los problemas en los que vivíamos, se dio el tiempo para enseñarme a tocar el piano.

- ¿Piano? –Age repitió con extrañeza.

- Es un instrumento musical que a través de cuerdas y teclas haces música –explicó con sencillez, moviendo las manos en el aire como lo haría ante uno de ellos.

- Me gusta la música – comentó el nodos.

- A mí también, es por ello que le enseñé a mi hija, como mi padre me enseñó a mí.

- ¿Y a la hija de Yakumo-sama le gusta la música? ¿No es como su papá saiyajin?

- Le gusta, y aunque a Cort le es indiferente, se toma la molestia de escucharla tocar cuando ella se lo pide... -recordó, sonriendo por la memoria que vino a su mente- Aun cuando tiene su tierna cola de mono, ella no es como su padre, es un poco más como yo, aunque posee un espíritu aventurero y travieso que supongo viene de él. Le gusta jugar en espacios abiertos como este, rodeada por la naturaleza y los animales.

En Busca de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora