LIBRO XIV. Capítulo 4: Sin querer luchar

6 2 0
                                    

Capítulo 4

Sin querer Luchar

Antes de que el torneo comience...

Desde lo alto de aquella Torre, simbolo de una anterior grandeza, Saruman observaba la caída de su reino debido al ataque de los hombres árbol. Con la derrota de Isengard, su antiguo amigo y ahora mortal enemigo, Gandalf, llegaría de un momento a otro, pero más que temerle a él, su temor era hacia Sauron y su castigo por su derrota... la única esperanza era la caída de Rohan y que sus tropas acudieran en su auxilio.

Ahora, el antiguo y poderoso mago, estaba sentado en su trono. Ya estaba enterado de la derrota en los Abismos de Rohan. El resto de sus tropas estaban en la Tierra Oscura, uniéndose a las tropas de Sauron, llamados por el Gran Ojo que ahora tenía su mirada en la Tierra Media. Saruman había sido abandonado, al parecer considerándolo ya inofensivo. Su prestigio estaba destruido. Sus antiguos amigos irían contra él si ganaban la guerra pero aun así la ganara Sauron, era poco lo que podía esperar.

"¿Quieres poder?"

La voz provino de todos lados y de ningún sitio... se puso de pie y miró a su alrededor... no era Sauron, era algo más

"¿Quieres más poder del que te ofrecía Sauron?"

- ¡¿Quien eres?! - pregunta excitado

- "Solo responde... ¿quieres poder? Te lo ofrezco... ¿sí o no? decide"

Saruman no tiene muchas opciones... no sabía quién era, ni a cambio de que... pero, no tenía opción...

El viejo mago asiente sin saber a qué atenerse...

No pasó mucho tiempo, cuando algo le susurró al oído...

- Viejito... ¿estás listo para escucharme?

El mago se da vuelta y ve a una extraña figura flotante, casi cómica pero de una sonrisa siniestra mostrada en sus dientes puntiagudos.

- ¿Quién eres tú? - le pregunta poniéndose de pie algo asustado - ¿Eres tú quien me hablaba?

- Kukuku... no viejito... no fui yo, solo soy un mensajero... vaya desbarajuste el que has causado aquí, aunque parece que de alguna manera ganaste una oportunidad más un bono extra...

- ¿A qué te refieres?

- Vamos mi estimado barba blanca... solo yo conozco lo retorcido de tu alma... tus amigos te matarán tarde o temprano y este torneo es tu ultima oportunidad, dentro de poco, tu servant llegará, pero te daré tu bono extra...

- No entiendo...

- Solo escúchame... pero te lo diré al oído... recuerda que las paredes escuchan...

Kokopelli (quien no era otro más que él) se pega al oído de Saruman quien escucha con atención.

....

No pasó mucho tiempo cuando un confiado Saruman, sentado en su trono y volviendo a sonreír, contemplaba a la chiquilla frente a él investida en una armadura oscura. Le costaba un poco comprender que esa chiquilla tenía un enorme poder y eso lo llenaba de satisfacción. Estaba seguro que su poder podía igualar al del anillo y al del propio Sauron, quizás hasta superarlo. Lo que comprendía perfectamente es que el poder que tenía ahora en sus manos le permitía tomar ventaja. Solo había algo que le preocupaba... no podía mostrar debilidad o temor sino más bien fortaleza.

- De modo que tu eres... ¿Mía?

La espectro lo mira algo desdeñosa y sonríe.

- Vaya... te felicito... recordaste las tres letras de mi nombre...

En Busca de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora