LIBRO XVI. Capítulo 12: Desesperación

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Capítulo 12

Desesperación

Era imposible determinar lo que sucedía en ese momento...

Viajar a través del tiempo y el espacio no era precisamente moverse de un lugar a otro impulsado por alguna fuerza. Era el poder "ubicarse" en determinado momento usando la vibración correcta. Desplazarse millones de años luz en un corto tiempo requería superar la velocidad de la luz muchas veces. Esa variable equivalía a la capacidad de poder desplazarse incluso en tiempos y momentos diferentes en un mismo universo o en otros. Por eso el pasado y el futuro tendían a confundirse.

Kay Namura comprendía que la mente del Doctor Manhattan debía moverse así y por ello era esa confusión que llevaba a la inacción porque todo su ser podía ubicarse en distintos lugares y épocas. Ese era el resultado de que un simple humano alcanzara ese nivel por accidente haciendo que su cuerpo y su mente no pudiera actuar coordinadamente la mayor parte del tiempo. Apartarse de las emociones y de la acción era una consecuencia lógica.

Para su caso, él ya había experimentado gradualmente esos cambios pero aun así no los comprendía del todo. No se trataba de superar distancias sino también universos y tiempos. En instantes había visto el nacimiento, crecimiento y muerte de miles de universos, galaxias, estrellas, sistemas, planetas y formas de vida. Algunas desaparecían como parte de su ciclo normal de existencia pero otras desaparecían en medio de terribles conflagraciones sean naturales o provocados. Agujeros negros de dimensiones incalculables se tragaban estrellas y galaxias, planetas que eran tragados a la vez por estrellas mientras sus habitantes vivían sus vidas tranquilas sin vaticinar su terrible destino. Otros, en cambio, eran destruidos por la voluntad de fuerzas que decidían sobre ellos. Veía estrellas ser golpeadas por fuerzas cósmicas de dimensiones onerosas y lanzadas contra otras que podían estar a millones de años luz y cuyo choque arrastraba a galaxias enteras a la destrucción o al cambio.

Vio épocas distintas en distintos mundos y universos pero su mente se cerraba a tal cantidad de información para que su psique no se vea destruida. Su inmenso poder se veía insignificante al compararla con lo que representaba la Existencia y todo aquello que la hacía posible. Pero no estaba para contemplaciones sino para llegar adonde tenía que llegar. Pese a recorrer tan largo camino aun podía sentir la presencia de Zelrecth lo que significaba que no estaba ni cerca de lograrlo.

- No importa que tan lejos hayas llegado en ese camino, centinela - le dice el mago - No estás ni siquiera cerca de tu objetivo ¿deseas un empujón?

Kay no contesta pero Zelrecth sabía que su intervención no haría ninguna diferencia. Él había recorrido muchos caminos pero ese era algo que jamás había cruzado y ni siquiera intentado. Más allá de la mera Existencia era algo que él no se habría atrevido siquiera a intentarlo.

- Cruzar el Umbral sin que el Primordio te alcance es una de tus prerrogativas, centinela - le dice Zelretch - pero aun así lo logres nada garantiza que lo alcances... al menos no de la manera que quieres

- Lo sé - responde Kay - pero no hay más remedio...

Kay va visualizando cada vez más cosas hasta llegar a un vacío que parece curvarse o agrietarse. Todo lo etéreo se va abriendo paso mientras que un olor acre va rodeándolos. Zelretch mismo trata de alejarse al ver el líquido viscoso azulado que parece brotar de en medio de la nada. Comprende lo que viene mientras ve a Kay haciéndose más pequeño como si se alejara a una gran distancia sin moverse y casi al mismo tiempo siente aquellos sonidos como si millones de resoplidos se hicieran sentir que vinieran de todos lados y de ninguna parte.

- ¡Los perros de tindalos! - exclama el mago - Te rodean centinela... te huelen y ahora te buscarán más allá del tiempo y de los universos... ¡No! ¡No me olerán a mi! ¡Conozco la magia antigua que los aleja! ¡Si solo uno me capta me perseguirán cual jauría buscando saciar su hambre cósmica! ¡No puedo verte ya centinela pero te dejaré mi señal que permita guiarte a la salida, si es que puedes volver a encontrarla!

En Busca de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora