"Solo físico"

3 - ¿Acuerdo...?

Estuvo todo el resto de la semana con el tema dándole vueltas en la cabeza

¿Por qué esa chica entre tantas?
¿Por qué los abrazos de sus amigos no se sentían igual?
¿Por qué una total desconocida?
¿Por qué ni siquiera con su madre se sentía tan cálida?
¿Por qué tenía aquella sensación de calidez con una completa extraña?
¿Por qué quería sentirse protegida a esas alturas de su vida?
¿Por qué precisamente ahora quería el afecto que nunca había sentido?
¿Por qué le contó todos sus problemas y sus traumas?
¿Por qué lloraba con tanta confianza cuando estaba con la chica de cabello rojo? 

Y hablando de eso, apenas caía en cuanta de todo lo que había pasado, la chica corrió de la cancha a la azotea por ella, se quedó varias horas con ella escuchándola y consolándola, mojó su camisa 2 veces, usó su corbata para aliviar el dolor en su quemadura, trató su herida, la ayudó, la salvó de matarse y Yokune ni siquiera le había dado las gracias, al contrario, fue fría con ella y apenas se esforzaba e hacerle un ademán con la mano cuando se despedía

–Agh, da igual–Pensó tras haber llegado a tan obvia conclusión, le restó importancia a las acciones de la niña.

O eso intentó, el ser desagradecida con la menor hizo que algún ligar de su estomago se sintiera mal, como si se revolviera de alguna manera. Estuvo dando vueltas por la escuela tratando de ignorar el haber tenido esa actitud con su kouhai*, sin embargo su culpabilidad le ganó a su orgullo, por primera vez su culpabilidad ganó, resignada a su sentimiento de culpa se encaminó a la sala de profesores y allí preguntó por la profesora de literatura, Lily Kamui, esa maestra parecía ser cercana a la pelirroja del otro día.

*Kouhai es para referirse a alguien de curso inferior, lo contrario de senpai que se usa para alguien de curso superior

–Ella está en la guardería visitando a su hija –Le comentó una profesora de cabello rosa.

–Gracias –Caminó a la guardería y tal como le dijeron, ahí estaba la profesora Lily jugando con su pequeña hija Uta y su marido Gakupo, eran una linda familia –Disculpe, profesora Kamui.

–¿Umh? –La profesora tomó a la niña en brazos para luego voltear a ver a su alumna –¿Qué necesitas, Yokune?

–La chica de antes, la de pelo rojo ¿Cómo se llamaba? –Se preguntó a sí misma, ni siquiera recordaba su apellido, afortunadamente la maestra comprendió enseguida a quien buscaba.

–¿Hablas de Kasane? –Preguntó la docente, la de pelo negro asintió al oír el apellido

–Sí, ella, Kasane, ¿Usted sabe donde puede estar ahora?

–Creo que a esta hora esta en el comedor con sus amigos ¿Por qué?

–Necesito hablar con ella, gracias profesora –Se fue rápidamente hacia el comedor antes de que la profesa pudiera si quiera pensar en una respuesta.

–¡Eso es asqueroso Rin! ¡Quítalo! –Escuchó el grito de Kasane en el pasillo, se detuvo al oírla y vio a quien buscaba junto una rubia de baja estatura que empezó a reír mientras sostenía un teléfono enseñando dios sabrá que, junto a ellas había una chica de dos coletas largas que soltaba carcajadas viendo el comportamiento infantil de las más bajas, Kasane por su lado intentaba quitarse de encima a la chica rubia.

–¡Oye! –Llamó la atención de las tres chicas las cuales la miraron –Tú, la de pelo rojo –Yokune habló mirando a la de ojos fucsia.

–¿Yo? –Preguntó apuntándose a sí misma.

–Sí, tú, ven aquí, quiero hablar contigo de algo importante.

–Ah... –Miró a sus amigas algo dudosa, la más alta asintió diciendo que no había problema en que fuera –Luego las alcanzo,