31 - Bad endign

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El teléfono de Yokune finalmente sonó tras varios días de estresante espera, Teto por fin la llamaba para darle una respuesta, su corazón empezó a latir a mil por hora ¿Así se sentía Teto cada vez que la llamaba?

–¿Hola? ¿Kasane? –Dijo apenas atender el teléfono

–Hola Yokune... –Saludó del otro lado la pelirroja.

–¿Cómo estás? ¿Todo bien? –Era sorprendente el cambio de casi 360° de Yokune.

–¿Crees que podamos juntarnos hoy? –Definitivamente tenía una respuesta.

–Claro, estoy libre ¿Quieres que sea ahora? ¿O prefieres que esperemos a la noche? ¿Quieres que almorcemos juntas? No tengo inconveniente con la hora que elijas, si quieres nos juntamos en la casa de la otra y pedimos comida a domicilio –Si, un gran cambio. Su pierna no dejaba de moverse por la ansiedad.

–¿Qué tal ahora? Si estás libre obviamente.

–Sí, claro, ahora ¿Dónde quieres que nos veamos?

–En el centro comercial hay una cafetería llamada "Buenos días" ¿Qué tal ahí? –Propuso, Yokune asintió de inmediato.

–Claro, te veo ahí.

–Llegaré en más o menos una hora, nos vemos –Y din más cortó la llamada, tan rápido como Tiro Al Blanco Yokune corrió a arreglarse, olía a tristeza, estrés y a miseria y por su puesto no podía presentarse así ante la chica que le gustaba, sería totalmente absurdo, debía dar una buena impresión, quería verse bien para el momento en el que Kasane la diera el "Sí".

Se dio una ducha rápida, agarró unos pantalones negros de mezclilla y los combinó con la camiseta negra que Kasane le había regalado en su cumpleaños antes de que estallara su bomba de desastre. Le quedaban 40 minutos para estar lista, secó su cabello lo más rápido que pudo y como ya era costumbre armó sus dos coletas, las hizo torpemente debido a la prisa, agarró su mochila azul, corrió a la entrada y se colocó sus zapatos mientras trataba de cerciorarse que todo estuviera en su mochila, agarró la misma al comprobar que tenía todo lo necesario dentro. En ningún momento la incertidumbre se apartó de ella.

30 minutos, no había tiempo para esperar trasporte público, por lo que apenas salió del edificio llamó la atención de un taxi que era la opción más rápida en ese momento. Durante el camino la invadieron miles de preguntas ¿Le diría que si? ¿Le diría que no? ¿La mandaría a volar o la envolvería en sus gentiles brazos? ¿Si quiera la había perdonado por todo el daño causado? Era consciente de que Kasane no le daría su perdón tan fácilmente, era una chica gentil y casi un ángel caído del cielo, pero había sufrido mucho a manos de Yokune, ni siquiera ella la perdonaría tan fácil, se sintió una completa estúpida nuevamente ante ese último pensamiento

Sin darse cuenta ya había llegado a su destino, pagó al amable taxista y se bajó apresurada, al entrar al centro comercial lo primero que hizo fue preguntarle a un guardia de seguridad la ubicación de la dichosa cafetería en la que se reuniría con Kasane.

–En el segundo piso, junto al área de niños hay una panadería, al lado está la cafetería –Informó el guardia.

–Gracias señor –Yokune se encaminó lo más rápido que pudo a las escaleras mecánicas que se le hicieron horriblemente lentas.

Cuando llegó arriba lo primero que vio fue el área de niños, miró en todas direcciones buscando la cafetería o la panadería, pero en lugar de eso vio la cabellera fucsia que tanto amaba, la chica traía su cabello suelto y se veía realmente hermosa bebiendo algo de una taza blanca y usando un vestido blanco decorado con flores azules. Se armó de valor y caminó hacia la pelirroja, su nerviosismo aumentaba a cada paso, sus manos sudaban, su corazón latía aceleradamente y su mente se llenaba de dudas e inseguridades. Pensó fugazmente en que Teto se había enamorado primero, pero ella se había enamorado más fuerte, o quizás le gustaba desde hacía mucho tiempo y nunca lo notó. De vuelta, que tonta era.

"Solo físico"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora