Yokune caminaba a casa en silencio, sumida en sus pensamientos con su brazo adolorido, su padre se había puesto violento horas antes y la había lastimado en el brazo, lo tenía completamente morado, sin embargo daba las gracias que solo fueran patadas y no golpes con objetos como el cinturón, las botellas de su licor o simplemente cualquier cosa que tuviera a la mano, la vida de Yokune era un infierno en vida
Tras unos minutos de caminata en silencio llegó al complejo departamntal donde vivía, subió las escaleras y en el proceso se mentalizó para la golpiza que probablemente recibiría, miles de veces había pensando en tomar sus cosas y huir de allí, pero ¿Y su madre? Ella era una buena mujer que no había cometido ningún error más allá de temer enfrentarse a su marido, Yokune no quería abandonarla, la quería demasiado
Tras subir los escalones al segundo piso caminó a la última puerta, usó sus desgastadas llaves para abrir la puerta y así poder entrar a su celda del dolor, al abrir la puerta un fuerte estruendo fue lo que le dio la bienvenida a su casita del terror
Al sentir el ruido retumbar en sus oídos se puso a la defensiva en seguida, sin ambargo cambió su postura al ver a su padre levantando una botella amenazante, cayó en cuanta lo que había pasado al ver a sus pies los vidrios verdes de la botella que su padre le había arrojado, agradeció enormemente que este fallara el tiro por un par de centímetros
-¿Donde estabas? -Preguntó el gordo y ebrio hombre
-Ayudaba a una chica a estudiar, una kouhai -Mintió tratando de salvar su lastimado pellejo
-Tú no haces esas cosas -Reprochó el hombre
-Me pagó para hacerlo
-¿Ah si? ¿Y el dinero?
-Aquí -Sacó de su bolsillo un par de billetes y monedas que había sacado del bolsillo de Kasane sin que esta lo notase, luego se lo devolvería
-¿Cuanto es? -El hombre arrebató de sus mano el dinero y lo contó billete por billete, moneda por moneda
-Como 8.000¥ o más -Contestó pese a que el hombre ya había contando la cantidad
-A tu cuarto, sal cuando este lista la cena -Yokune se quitó los zapatos y pasó directamente a su pequeño cuarto, al entrar colocó el pestillo y suspiró aliviada, su mentira previamente planeada había funcionado a la perfección, su corazón latía fuerte por el temor a ser descubierta, por lo menos eso no ocurrió
Se quitó el uniforme escolar que aún traía encima, lo cambió por algo más cómodo, unos pantalones y una camiseta suelta, tras tender el uniforme en en perchero solo se sentó en su cama a esperar el grito de su padre avisando que la cena estaba lista
Escuchó un grito, pero no del hombre, sino de su madre, en seguida salió de la habitación y vio lo que ocurría, su padre se había puesto violento nuevamente, su madre había "preparado mal" el arroz
Se le heló la sangre cuando vio que el hombre se había quitado el cinturón tras dar una probada a "la mala comida", sabía perfectamente lo que pasaría, el mayor de los Yokune comenzó a golpear a la pobre mujer de canas, la cual se cubría como podía en en suelo
-¡No le pegues! -Yokune en un acto de valentía y con la ira corriendo por sus venas se colocó sobre su madre protegiéndola recibiendo así todos los golpes que el hombre proporcionaba, al tipo no le interesó el cambio de víctima, solo seguía golpeando notablemente enojado, la madre lloraba aterrada y Ruko se queja tras cada golpe cada que recibía
Cada golpe se sentía como una puñalada, una fuerte punzada seguido de un dolor agudo en su espalda y un hormigueo en su cuerpo sumado al rápido latido de sí corazón y el miedo recorriendo todo su cuerpo de pies a cabeza deseando que todo terminara pronto, su odio hacia su padre crecía cada vez más con cada golpe que recibía
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"Solo físico"
Fanfiction-Por cierto ¿Cómo será esto del acuerdo? -Soltó de la nada Kasane, Yokune tragó el jugo que tenía en la boca para hablar, la pregunta repentina de la pelirroja la dejó algo descolocada -¿A qué te refieres? Creí que ya estaba claro, yo te llamo, tu v...