Capítulo 9 | Dominante y Sumisa

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—Entonces... ¿Aceptas el contrato? —pregunta Bakugo frente a mí.


—¿Tengo que llamarte amo y dejar que me humilles cuando quieras? —cuestioné mientras veía las hojas del contrato que anteriormente había leído.

—Básicamente, pero conmigo no hay humillación pública —responde y aclara para mi alivio.

Me mantuve en silencio mientras lo pensaba un poco, pero luego suspiré, y me incliné hacia adelante para apoyar mis codos sobre la mesa y juntar mis manos.

—¿Cuando es nuestro primer juego... amo...?

Él sonríe satisfecho y se levanta para caminar hacia mí, se coloca tras mi silla y apoya sus manos contra la mesa a los lados de mi cuerpo, podía sentir su respiración en mi oreja.

—Cuando firmes esto y vengas conmigo, preciosa.

No tardé ni dos segundos en firmarlo y él se hace a un lado para dejarme espacio y poder levantarme. Me lleva por su casa hasta una habitación especial, al abrirla vi todo tipo de cosas para el BDSM.

—Desnúdate y ponte de rodillas —ordena con una voz profunda en mi oído, sentí mi cuerpo vibrar pero sonreí y no tardé en hacer caso.

Tenía conocimiento básico sobre el tema así que sabía lo que debía hacer y lo que no, y obedecer a alguien como Katsuki Bakugo era lo más fácil.

—Bien... —lo sentí tras de mí y luego me colocó un collar pegado a mi cuello—. Desde ahora, cada vez que te llame me esperaras aquí, justo así. ¿Está claro?

—Sí, amo —respondí sonriendo sin poder contener la emoción y la excitación.

—¿Qué? ¿Te diviertes? —pregunta sonriendo de lado.

—No, no, para nada —respondí, pero sentí un rápido golpe en mi trasero que me sobresaltó y lo vi con una fusta en mano.

—Mentirle a tu amo está prohibido —el que lo disfruta más... eres tú. Aunque yo no me quedo atrás—. Empecemos.

Katsuki se sienta en un sofá con las piernas abiertas y palmea su regazo para señalar su entrepierna.

—Ven aquí.


Fui hasta él aún de rodillas y desabroché su pantalón, liberé su erección, me relamí los labios y comencé a lamer su miembro y luego a meterlo en mi boca. Lo vi sonreír aún más, apoyó su mano en mi cabeza y me colocó el cabello hacia atrás.


—Eso es... —murmura, yo cerré los ojos disfrutando de su sabor mientras movía mi cabeza rápidamente.

Apretó su agarre en mi cabello y jadeó. Podía sentir su líquido preseminal comenzando a gotear hasta que el chorro lleno mi garganta.

—Si cae solo una gota, tendrás un castigo —comentó.

Yo tragué lo que estaba en mi boca y me aseguré de que no cayera nada por más tentadora que fuera la idea de ser castigada por él.

30 Days of Smut Challenge || Katsuki Bakugo ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora