Capítulo 12 | En el suelo

4.8K 265 0
                                    

Me estiré antes de inclinarme hacia el frente y tocar la punta de mis pies con facilidad, estaba practicando mi flexibilidad para poder mejorar mi condición y destreza a la hora de entrenar.

—Oye, extra. Ya se fueron los otros extras, ¿qué quieres? —cuestiona Bakugo entrando al amplio y vacío salón donde era mi zona de práctica. Parecía un estudio de ballet ya que hasta tenía un espejo en una de las paredes.

—Oh, bien, me puedes ayudar entonces —dije levantándome.

—¿Ah? ¿Por qué lo haría?

—Porque eres mi queridísimo compañero.

—¿Y qué? —se cruza de brazos.

—Y... si me ayudas, haré algo que tú quieras también. Lo que sea, así que... por favor, Katsuki —pedí juntando mis manos y haciéndole ojitos.

—¡Tsk! Bien. Pero que sea cualquier cosa —me advierte y yo sonreí.

—¡Así será! ¡Genial! ¡Gracias! —yo me posicioné.

Le indiqué lo que tenía que hacer, primero yo tendría que estar sentada de piernas abiertas e inclinarme todo lo posible hacia el frente y como él no se preocupaba por romperme algo es por lo que quería que me ayudara. Los demás no lo hacen muy bien ya que sí les preocupa lastimarme. Continué con unos ejercicios más hasta estar en el último. Me levanté para este.

—Bien, una más y ya te puedo dejar libre pomeranian —mencioné riendo un poco.

—Tsk, no me digas así.

—Sí, sí, lo que digas pomeranian —él me fulmina pero yo junté mis piernas y me incliné hacia el frente—. Vamos pomeranian, necesito ayuda.

Pues no podía abrazar mis rodillas bien sin fleccionarlas y quería que me ayudara con eso. No lo escuché ni sentí nada, estaba por mirarlo cuando sentí una de sus manos presionar mi espalda y la otra sobre mis rodillas para que no las doblara. Pero él estaba tras de mí, y podía sentir algo rozar mi trasero, un bulto bastante grande que dudaba sea su rodilla. Me sonrojé al instante y quise levantarme, pero él me lo impidió.

—No te muevas, extra.

Por el movimiento que hice al doblar mis piernas, él se acercó más y yo cerré los ojos al sentir aquel bulto golpear más mi trasero.

—S..Sí... —murmuré tragando con dificultad.

Se supone que debía mantenerme así un minuto, pero fue el minuto más largo de mi vida, hasta que finalmente terminó. Me levanté rápidamente, pero no podía darme vuelta hacia él por sentirme apenada.

—Y..Ya p..puedes irte s..si quieres, yo se..seguiré entrenando —comenté sin mirarlo.

Sin embargo, sus manos alcanzaron mi cintura de golpe, me atrajo hasta pegarme a su cuerpo, rodeando el mío con ambos brazos. Levanté la mirada hacia el espejo frente a nosotros y lo vi escondiendo su rostro en mi cuello, su respiración me causaba cosquillas y estremecimiento.

—___________... —gruñe un poco y yo tragué grueso de nuevo.

Sus manos se deslizaron por mi figura hasta mis senos, cabían perfectamente en sus manos, mi remera era suelta, sin mangas. Sus manos se meten por debajo de esta hasta alcanzar mi top deportivo que se abría con un cierre por el frente, jadeé cuando comenzó a jugar con el cierre y a bajarlo un poco.

—B..Baku..go... —murmuré en un suspiro cuando mi top se suelta y sus manos aprietan mis senos hasta pellizcar mis pezones.

Él me apretó contra su cuerpo para que sintiera el bulto en su entrepierna contra mi trasero, lo que me hizo sonrojar aún más.

30 Days of Smut Challenge || Katsuki Bakugo ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora