Jungkook abrió los ojos, le dolía el cuerpo entero, la cabeza era la peor parte, pero siempre había sido así luego de drogarse, no era nuevo para él.
Con la vista aún borrosa, estiró su mano en busca de su reloj, pero no estaba dónde solía ponerlo cuando dormía. Intentó enfocar su vista, pero le costaba demasiado. ¿Por qué había tanta luz allí? Era lo que más le molestaba de todo.
—Buenos días Jungkookie
El pelinegro se sobresaltó. La habitación comenzó a tomar forma frente a sus ojos y por fin pudo verlo todo, estaba completamente impecable, el suelo libre de vidrios, de agujas y olía bien.
El corazón salió por su boca y miró a las paredes, se relajó al ver que su pintura seguía allí. Pero desvió la vista enseguida, al darse cuenta que volvía a pensar en él. Se acostó de nuevo y se tapó con la sábana hasta la cabeza.
—Sé que quizá no quieras hablarme, pero el desayuno está listo... Jimin cocino, sabes lo que le cuesta estas cosas, quizá podrías probar un bocado
Jungkook estiró su brazo al lugar dónde solía tener una botella de reserva, pero no había nada allí. Bufó en respuesta, pero no dijo nada más.
—Quitamos las botellas de la casa, y la droga...
—¿¡Qué!? ¡No tienes derecho! ¡No tienes derecho a venir y cambiar MI forma de vida!
Escuchó un golpe fuerte.
—Te dejaré el desayuno aquí. Come, estás muy delgado
Luego de eso, lo oyó salir de la habitación, dejando la puerta levemente entreabierta. El olor a jajangmyeon, kombucha de limón y pizza, inundaron su nariz. Era una combinación de sus platos favoritos, y Tae y Jimin lo sabían.
Respiró con cuidado, y se destapó, no estaba siendo el mejor amigo del mundo y, aun así, allí estaban, cocinando para él.
Se sentó frente a la bandeja, pero su estómago se retorció, amenazando con vomitar lo que no llevaba dentro.
Cerró los ojos y apoyó la espalda contra la cama, enterrando finalmente su cara entre sus brazos y usando sus rodillas de soporte.
No supo cuánto tiempo estuvo así, tampoco en qué momento se abrió la puerta, lo único que pudo sentir fueron los largos y huesudos dedos de Tae siendo su soporte para contenerlo, y esta vez no se resistió, no discutió, porque el cálido toque de otra persona, le hizo comprender cuanto frio había estado sintiendo, cuan desolado se sentía, como un barco sin rumbo, a la deriva.
No lloró, a veces no tenía energías para eso, pero si disfrutó de las pequeñas caricias que recibía en su cabeza, o lo suaves besos que depositaba en su sien.
—¿Cómo amaneciste hoy?
—Solo
La voz rasposa y grave por no usarla a menudo, rasgó sus cuerdas vocales, provocando una leve quemazón en su garganta, el cual ignoró por completo.
—Bueno... Jimin y yo lo pensamos esta noche, creo que nos quedaremos un tiempo ¿Sí?
Jungkook se alejó para poder mirarlo a la cara.
—¿Es una broma?
Taehyung suspiró, listo para otra ronda de confrontación.
—Jungkook si no hubiéramos venido hubieras muerto ahogado, o de una sobredosis, no puedes cuidarte a ti mismo
—¿Y eso estaría tan mal? ¿Qué me muera es algo malo? Por favor Taehyung, madura y acepta que es solo un paso más de la existencia y punto.
—Morir no es malo Jungkook... pero querer morir si lo es
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Falling Again
RomanceEl prometido de Jungkook fallece en circunstancias extrañas, Jungkook, se mudará a la casa que se suponía iban a compartir, alejándose de todos, hundiéndose en un espiral depresivo, de drogas y alcohol. Tae y Jimin, preocupados ya, deciden que es ti...