Capítulo 15

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Taehyung abrió los ojos, el ventilador de techo daba vueltas lentamente. Lo miró algo confundido, hasta que a su mente llegó todo lo que había pasado el día anterior. Se giró asustado, por la ventana entraba una luz brillante y amarilla ¿Era ya pasado mediodía?

Bajó los pies rápidamente al suelo y se incorporó con velocidad, todo su mundo se dio vueltas, un violento vértigo se apoderó de su cabeza y perdió ligeramente el sentido de orientación, todo a su alrededor giraba sin un orden, pero continuó caminando con los ojos cerrados.

— Buenos días... ¿Estas bien? ¿Qué sucede?

El rubio levantó una mano para quitarle la importancia mientras abría levemente los ojos para ver dónde sentarse.

— Sólo me levanté demasiado rápido y me maree

— Ya... Jimin dice que tenemos que ir a por un nuevo celular... ya sabes el mío funciona a medias luego de un ataque de ira que tuve hace unos días.

— Claro... ¿Cómo te sientes hoy?

El pelinegro se sentó frente a Tae, tenía una cuchara entre los dedos y un plato profundo con frutas, yogurt, avena y miel. El rubio resistió las ganas de sonreír, el menor estaba cambiando a su comida de siempre, o al menos lo que solía comer estando en esa casa.

— ¿Es normal que me sienta bien? Quiero salir fuera, quiero ir de compras... quiero pintar Tae ¿Está mal? Siento que no debería sentirme feliz

Taehyung sonrió y estiró su mano para despeinar los cabellos negros de Jungkook, le dolía escuchar su batalla interna, y entendía que quizá sentía que no merecía o no debía sentirse feliz.

— Jungkook no puedes vivir angustiado toda la vida... Yoongi querría que fueras feliz

El chico enterró la cuchara en el plato de avena, y aunque se llevaba la comida a la boca, parecía no darse cuenta de eso, estaba absorto en algo que no podía entender.

La puerta principal se abrió, Jimin apareció por esta con una sonrisa, la cual comenzó a desvanecerse lentamente al ver a los dos sentados con apariencia de zombie.

— ¿Qué hacen despiertos?

—¿Dónde habías ido?

El chico forzó su sonrisa nuevamente y se acercó para besar las mejillas de ambos.

— Tengo un regalito, pero luego hablaremos de eso, ¿Desayunaron? Bien, porque iremos al centro comercial, así que vístanse.

En menos de diez minutos los tres estaban cambiados, perfumados y listos para arrancar. Sin embargo, al abrir la puerta, se encontraron de frente con el expolicía, quién parecía estar a punto de tocar.

— Hey, estaba por pasar a buscarte ¿Vamos?

Tanto Jungkook como Taehyung se miraron sin comprender del todo que estaba pasando, tampoco se atrevieron a preguntar, simplemente saludaron a Namjoon y los cuatro se subieron al coche, Taehyung y Jungkook en la parte de atrás y Jimin y Nam delante. Las miradas de asombro y confusión que el rubio y el pelinegro se daban de vez en cuando, demostraba que esto no era algo normal en Jimin.

Ignoraron la charla trivial de los de adelante se dedicaron a mirar el paisaje que la ciudad les devolvía, absortos en todo lo que estaba pasando últimamente en sus vidas. Jungkook tiraba de un pequeño hilo de su suéter tejido mientras no paraba de pensar en Yoongi.

El carro se detuvo en un semáforo, justo en frente de una tienda de tatuajes. El pelinegro se perdió en esta durante unos segundos.

—Quería hacerme un tatuaje con Yoongi, algo solo de nosotros, supongo que nunca podremos hacerlo.

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