Capítulo 23

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Ambos llegaron a la avenida, el edificio al que se dirigían aún estaba ennegrecido por el fuego, no parecía que nadie lo hubiera ocupado en lo que iba de las semanas luego del incidente. 

Aparcaron el carro en la calle del frente y se aseguraron de poner la alarma antes de dar otro paso más allá, conocían el barrio pero uno nunca podía ser demasiado cuidados. Inconscientemente la mano de Taehyung se dirigió a la de Jungkook para cruzar la calle, pero se detuvo a centímetros de esta cuando comprendió lo que estaba por hacer, debía mantener la promesa que había hecho en la cabaña.

Cruzaron sin problemas y se detuvieron frente al gran edificio de ladrillos vistos, no había peatones por la zona, y las luces de las casas cercanas estaban apagados, sin embargo debían asegurarse de no ser descubiertos.

Miraron para ambos lados buscando algún vecino fisgón que pudiera delatarlos, pero allí no había nadie. Habían estado hablando sobre como debían de subir, la mejor opción fue la escalera de incendios, pero debían tener cuidado, subir hasta el último piso por allí por una escalera de hierro que hacía demasiado ruido al usarla, podría atraer miradas  no deseadas.

Caminaron hacia la parte de atrás del edificio, allí y con algo de trabajo en grupo, lograron alcanzar las escaleras que precariamente estaban atornilladas a la pared lateral del mismo.

— Solo no mires abajo y lograremos esto

Susurró Taehyung más para sí mismo que para Jungkook, quién parecía haber nacido de un mono, el chico amaba colgarse y trepar cosas, a pesar de los años, no había dejado eso de lado.

Subieron sin pausas y a un ritmo constante, no llenaron el silencio con nada porque debían permanecer de incógnito hasta llegar a la ventana correcta. Y así lo hicieron, luego de subir por el lateral a lo largo de todo el edificio, Jungkook quién iba arriba, abrió la ventana correcta y llena de hollín, y se metió dentro para ayudar a Tae a pasar el umbral.

— Esto da miedo...

Susurró en voz baja el rubio mientras miraba la destrucción del lugar. Luego de asimilar el estado deplorable, ambos se miraron y decidieron separarse, sería mejor para encontrarlo. Jungkook tomó la sección de la cocina, living y comedor; Taehyung tomó el baño, el pasillo y los do cuartos. 

El pelinegro comenzó tocando las paredes, estaban frías ya, solo el negro y el hollín mostraban lo que allí había sucedido. De lo que estaba seguro era que en esas paredes no había habido nunca cuadros, al menos colgados en el momento de suceder el incidente, o las marcas cuadradas se quedarían plasmadas en las paredes.

Comenzó por el living, la mesa de madera había visto mejores días, cada veta estaba cubierta por un polvo negro. La rodeó por todos sus ángulos, pero no vio nada escondido en ningún escondite secreto. La búsqueda siguió al sillón, o lo que quedaba de él, en algunas zonas se veían los resortes negros chirriantes, pero allí tampoco encontró nada.

Siguió por la cocina, con algo de esfuerzo tiró de la nevera hasta deslizarla de su lugar, allí atrás no había nada más que polvo y mugre, algunas cucarachas chamuscadas, pero nada como lo que buscaba.

Pasó a la mesada, en la parte de abajo había una pequeña alacena, los estantes estaban poblados de productos que alguna vez habían sido ollas, sartenes, botellas y vasos. Al fondo, escondido detrás de todo eso vio algo extraño, por lo que apartó todo e intentó tomarlo.

Tomó el objeto metálico y lo dejó sobre la mesada, tocó el filo de los bordes hasta dar con una pequeña hendidura, en la cual clavó su uña. La caja se abrió con un seco pop, y mostró algo que no estaba entendiendo en absoluto.

Lo primero que identificó fue una Glock de nueve milímetros, las conocía por las series y películas de policías que le gustaba antes. Con cuidado quitó el arma de la caja para seguir investigando, lo siguiente que vio fue un rectángulo blanco y plastificado, en cuanto le quitó el polvo de encima se quedó estático sin poder creerlo.

Falling AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora