•Una relación entre dos mejores amigos, él quiere protegerla y amarla, ella quiere seguir como están por miedo a herirlo. Dos mejores amigos que han estado enamorados desde hace años, ninguno quiere dar el siguiente paso, pero el destino los pondrá...
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La batalla de las 3 deidades ya había finalizado, Kanto Manji ganó sin bajas, Brahman tuvo varios heridos pero solo uno de gravedad y Rokuhara Tandai aceptó su derrota con orgullo.
-Buenos días... ¿Cómo amaneciste?- Pregunté. -Buenos días... Ahora que te veo, estoy mucho mejor.- Respondió Draken.
Draken había sido hospitalizado, los doctores informaron que si hubiera perdido más sangre entonces podría haber muerto.
-¿Cómo está él?- Preguntó Draken. -Está bien... Se está poniendo al tanto con Takemicchi.- Respondí. -¿Tu crees que esté enojado conmigo?- Preguntó. -Nop, no lo está... Incluso te mandó ésto.- Mostré una canasta de frutas.
Draken soltó una leve sonrisa y luego estiró su brazo para ofrecerme su mano.
A ti...- Susurró en mi oído. -¿¡Eh!?- Me estremecí. -Ven aquí, sube.- Draken dió palmadas en sus piernas. -Tú... Estás lastimado, no podemos.- Murmuré. -¿Qué cosas estás pensando? Quiero que te recuestes conmigo unos minutos.- Explicó. -¿¡Eh!? Cla-claro que sabía.- Contesté.
Me recosté en la camilla junto con Draken y lo abracé, el acarició mu cabello hasta que casi me quedo dormida.
-Pervertidos.- Habló un hombre. -¿Eh?- Preguntó Draken. -Estás lastimado y aún así quieres acostarte con mi hermana, ¿No puedes esperar unos días?- Preguntó. -Mikey...- Murmuró Draken. -Hmmm, quiero dormir.- Me quejé. -¡No puedes!- Gritó Mikey. -¿¡Eh!?¿Por qué no?- Pregunté. -No puedes dormir con Kenchin, si vas a dormir con él, entonces háganme un espacio para recostarme yo también.- Se quejó. -Mikey... ¿Cuántos años tienes?- Pregunté. -Los mismos que tú novio.- Respondió.
Golpe bajo... Con el paso del tiempo se me había olvidado que Draken era menor que yo, por suerte era solo por un año.
-Olvídalo... Iré a comprar algo para beber, ustedes hablen.- Me retiré. -No quiero que te vayas.- Dijo Draken afirmando mi brazo. -Yo tampoco.- Dijo Mikey.
Idiotas, a pesar de querían hablar, ambos sentían vergüenza de hacerlo.
-Bien...- Suspiré. -Ven, sube.- Dijo Draken.
Me recosté nuevamente en la camilla y él comenzó a acariciar mi cabello, minutos después ya estaba dormida.
Al despertar pude ver qué Mikey ya no estaba y era de noche, intenté levantarme pero Draken se aferró con fuerza a mi.
