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Ed.

Desperté con un horrible dolor de cabeza, definitivamente debía dejar el alcohol.

O quizás sería suficiente dejar de emborracharme de esa manera.

Giré sobre mi costado intentando acomodarme mejor, pero choqué con algo cálido. O más bien alguien.

Abrí mis ojos con dificultad para encontrarme con algo que no me esperaba.

Mackenzie descansaba plácidamente en la otra orilla de la cama, con una mano bajo la almohada y otra apegada a su pecho. Su rostro estaba sereno y no mostraba incomodidad alguna. Los cortos mechones de cabello que solía acomodar en los laterales de su frente caían despreocupadamente sobre su cara, ocultando algunas partes de ella.

Los ojos verdes que poseía, esos que disfrutaba observar siempre que podía, se encontraban cerrados, permitiéndome ver sólo sus largas pestañas sin una sola gota de rímel. ¿Por qué se maquillaba si su rostro al natural era más que perfecto?

Movió su mano, bajando con ella la sábana y contuve la respiración al ver que llevaba mi camiseta algo remangada, dejando ver su ropa interior.

¿Qué demonios pasó anoche?

[Sábado, 21 de marzo. Reunión en casa de Ed.]

Mis brazos no reaccionaban, quería apartarme de Emma pero había algo que me lo impedía. ¿Me gustaría Emma? No, ella es demasiado joven, y es la hermana de mi mejor amigo, no puedo hacer eso.

Un carraspeo por parte de alguien hizo que me apartase de ella finalmente. Giré para ver a Taylor, que sostenía una bandeja con cara de pocos amigos.

-¿Puedes explicarme que estabas haciendo hace un segundo Ed?-Preguntó, aunque estaba claro que lo sabía de sobra.

Fui a contestarle, pero Emma se adelantó.

-Nos besábamos, ¿Eres ciega?-Rodó sus ojos y pensé en golpearme la frente. Nadie ironizaba con Taylor.

Taylor dejó la bandeja sobre la mesa del salón y se dirigió a Emma.

-Tú Elsa, fuera.-Le indicó la salida con el dedo.

-¡Me llamo Emma!

-Me importa poco, fuera.-Insistió, sin bajar su mano.

Emma dio un paso hacia ella, pero le impedí el paso con mi brazo. Su cara mostraba un leve enfado.

-Está bien Emma, ve al jardín.-Respondí, intentando calmar la situación entre las dos chicas.

Emma bufó y bajó bruscamente mi mano para pasar al jardín.

-Vamos a mi habitación y te lo explicaré todo, no es necesario que se enteren los de fuera.-Dije al verla con los brazos cruzados, esperando una buena respuesta.

Entremos a la habitación y me senté en la cama con desgana.

-¿Cuántos años tiene?-Preguntó Taylor sin bajar sus brazos.

-No es lo que parece Tay, yo no...

Me interrumpió. Olvidé que Taylor no se andaba con rodeos ni excusas baratas.

-Edad Edward, responde a mi pregunta.

-Dieciséis. Recién cumplidos.-Revolví mi pelo, esperando una regañina por parte de la rubia.

Una regañina que no llegó.

Taylor se sentó a mi lado y pasó su brazo derecho por mis hombros, recargando su cabeza en mi clavícula.

Cold Coffee. |Ed Sheeran|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora