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Abrí la puerta de casa pasando junto con Edward, quien cubría mi espalda con un brazo. Aún no me creía lo que acababa de hacer, sin embargo eso no significaba que me arrepintiese de ello.

Cerré la puerta una vez estuvimos dentro y sentí los brazos de Ed en mi cintura, acariciándome con delicadeza mientras dejaba un cálido beso en mi cuello.

-Soy un asco de persona.-Admití, para después dejar escapar un suspiro.

Sin embargo Ed negó con la cabeza mientras enroscaba sus brazos más a mi cintura.

-Claro que no lo eres, eres una persona hermosa por dentro y por fuera.

Nos dirigimos al sofá sin soltarnos y apoyé mi cabeza en su hombro.

-¿Cómo se lo tomará Samuel?-Tapé mi cara con mis manos.-Jamás quise hacer esto, ¡No le he causado más que problemas Ed! Él me odiará, al igual que su hermana, aunque al fin y al cabo me lo merezco por lo que hice...

No pude decir nada más al sentir como quitaban las manos de mi cara, y después los cálidos labios de Ed sobre los míos, moviéndose sin insistencia, despacio y...maravillosamente bien.

Cerré mis ojos y me dejé llevar al sentir sus manos en mis mejillas, atrayéndome más a él.

Nos separamos lentamente, juntando nuestras frentes y sintiendo la respiración algo acelerada del otro.

-Déjalo ya, de no ser por ellos quizás hubiésemos estado juntos mucho antes.-Susurró.-No creo que sean los indicados en pedir explicaciones.

Sonreí con mis ojos aún cerrados.

-Quizás deberías callarme de esa manera...más seguido.

Ed soltó una suave risa para dejar un corto beso en mis labios nuevamente.

-Lo que usted diga señorita.-Respondió para besarme de nuevo.

Fuimos tumbándonos en el sillón a medida que nos besábamos. Inconscientemente, enrosqué mis manos en su cuello para atraerlo más a mi cuerpo. Sentí cómo sus manos se posaron en mis caderas y fueros subiendo lentamente bajo mi camiseta hasta llegar al inicio de mis costillas. Sonreí a mitad del beso; Aún en medio de esta situación, Ed seguía siendo un caballero y era capaz de contenerse.

Aparcó el coche en una de las plazas libres cercanas al edificio y salió del coche para después abrirme la puerta a mí.

Sin embargo, yo ya había abierto la puerta y había salido del coche.

-Gracias, pero no necesitas ser tan caballero conmigo.-Reí en voz baja, pero fue suficiente para que los dos lo escuchásemos

-Me gusta ser un caballero con las mujeres.-Cerró la puerta del coche y puso el seguro.

Dios. ¿De dónde había salido ese hombre?

Y eso era lo que me seguía preguntando aún, ya que pensaba que los famosos príncipes azules se habían extinguido del mundo real, o simplemente se habían escondido en los cuentos.

Sin embargo, a mí nunca mencionaron que también había anaranjados, y mucho menos que yo me toparía en mi vida con uno de ellos.

Tomamos aire y volvimos a besarnos con necesidad cuando oímos el ruido de una puerta abriéndose, dejando ver a mi madre y mi hermano entrando en la casa.

Observé rápidamente la situación; Ed y yo en el sofá, tumbados, él sobre mi con sus manos bajo mi camiseta, besándonos.

"Me va a matar" Pensé inmediatamente y noté como Ed se levantaba rápidamente y yo me acomodaba la camiseta mientras me sentaba adecuadamente como si no hubiese pasado nada hace unos segundos.

Cold Coffee. |Ed Sheeran|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora