Cold Coffee. |Ed Sheeran|

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Mackenzie

<<I've got thick skin and an elastic heart
But your blade it might be too sharp,
I'm like a rubberband until you pull too hard
I may snap and I move fast,
But you won't see me fall apart
Because I've got an elastic heart
I've got an elastic heart.
Yeah, I've got an elastic heart.>>

Doblé la última camiseta y la guardé en la maleta de viaje.
La voz de Sia inundaba el recinto de cuatro paredes de mi habitación, intentando borrar cualquier pensamiento que no necesitase en ese momento.
Solté un suspiro de cansancio; Llevaba toda la mañana preparándolo todo para mí estadía en Italia de mañana. 
Miré mi reloj; en 24 horas estaría en la casa de mi molesto padre, junto con su -seguramente-molesta mujer y sus molestas hijas.
-Genial-Susurré para mí misma mientras seguía comprobando que llevaba lo necesario para el maldito viaje.
•Ropa para un par de días: Hecho
•Portátil, móvil, auriculares y cualquier dispositivo electrónico que me ayudase a evadirme lo más posible de esa casa: Hecho
•Ropa interior y accesorios de higiene:Hecho
•DNI, pasaporte y autorización de menores: Hecho
Suspiré nuevamente; Todo estaba listo.
Me limpié el sudor imaginario de la frente y me tiré en la cama mientras cerraba mis ojos, intentando enfocarme más en el sonido de la música que en mis propios pensamientos.
Sin embargo mi concentración no duró mucho, ya que el estribillo de In the End comenzó a sonar, avisándome de que tenía una llamada.
Deslicé mi mano por el teléfono para descolgar, mientras seguía con mis ojos cerrados.
-¿Quién?-Dije con suavidad, esperando a que alguien contestara.
Pero hubiese preferido haber colgado, antes que volver a escuchar la voz cierta persona, la cual ya se había guardado un hueco en mi lista de odio.
-No me creo que hayas contestado-La persona del otro lado soltó un suspiro de alegría-Escucha, siento lo idiota que fui, pero ella y yo no estamos jun..-
-Cállate.-Le interrumpí, con un nudo en el estómago al recordar los hechos de aquel día.-Sí te he contestado es por qué estoy harta de que me llames, de que me envíes mensajes y no me dejes tranquila ni un segundo de mi vida.

Sin embargo, y como me imaginaba,  el pelirrojo no se dio por vencido.
-Pero necesito que entiendas que no fue así, yo n..- Volví a callarle por última vez.
-He dicho que cierres el pico, búscate un amigo si es que te aburres, o mejor, una novia que no le importe que la engañes con cualquiera.-Solté con un tono de voz cínico, sintiendo como todo el veneno y dolor se acumulaba en mi pecho.-No eres más que una molestia para mí, así que vete a escribir canciones o a acostarte con Emma, hasta nunca.
Colgué y envíe el teléfono a cualquier parte de mi habitación, esperando que no se hubiese roto con el golpe.
Parpadeé varias veces, intentando guardarme las ganas de llorar; No era momento de llorar, no ahora, y menos por alguien que no se merece mis lágrimas.
Y justo cuando iba a volver a tumbarme y quedar envuelta por el sonido de la música, el maldito teléfono volvió a sonar y me levanté con furia hacia él.
-¡Tú, estúpido pelirrojo! ¿No entendiste lo que te dije o qué? ¡Como no dejes de llamarme te voy a denunciar por acoso y le daré una alegría a los periodistas!
-Wow, creo que te equivocas de persona, no soy tu "querido" pelirrojo.

Pero como idiota que soy, por segunda vez, se me olvido mirar quién era la persona que me llamaba.
Y esque para no reconocer esa voz ronca; no era nadie más ni menos que el moreno de infinitos tatuajes que me había robado el corazón desde hace varios años, y que ahora, por algún milagro de Dios o lo que esté ahí arriba, se podía considerar que era un amigo.

-Oliver.-Susurré.
-El mismo-Respondió alegremente.- ¿Vaya, crisis de matrimonio? Ni que hubieseis estado juntos.

El castaño soltó una carcajada que me heló los huesos.