28

731 61 14
                                    

-Mi padre ha pedido la custodia.-Dije con la voz rota.-Ed...Me voy a Italia dentro de dos días.

Había pasado tanto tiempo con Samuel, alejada de todos mis problemas y aprovechando otra parte para estudiar-Ya que las hermosas vacaciones terminaron la semana pasada- que había olvidado completamente el maldito viaje al que tenía que ir por obligación.

Observé el rostro confuso del pelirrojo.

-Pero...-Se quedó pensativo por un momento.- ¿Tu padre no había...muerto?

Suspiré; Genial, ahora también me tomaría por mentirosa.

Me senté en el borde de la cama, dispuesta a explicarle todo.

[...]

-Entonces, ¿Tu padre biológico ha pedido tu custodia? ¿Después de desaparecer toda tu vida?-Apretó los puños.-¿De verdad ha tenido la jodida cara de hacerse con tu control cuando siquiera estuvo presente para escoger tu nombre?

Asentí en silencio. Simplemente al recordarlo, mis ojos se humedecían y la ansiedad comenzaba a correr por mi cuerpo. Lo último que me faltaba para empeorar todo era ponerme a lloriquear, y debía ser fuerte por todos, aunque por dentro estuviese aterrada.

¿Y quien no lo estaría al irse a otro país con un estúpido y cobarde hombre que se hace llamar tu padre y su nueva familia?

-Si nunca se preocupó por saber de vosotros, ahora tampoco tendría que haber venido para presentarte a su familia y recuperar el tiempo perdido, que es toda tu vida.-Dijo entredientes.-No voy a permitir que ese hombre quiera ser ahora el padre del año, Mackenzie. Puedo buscar un buen abogado para que defienda el caso, no me importa lo que cueste...

Antes de que pudiese seguir hablando, me levanté del borde de la cama y lo abracé, escondiendo mi rostro en el hueco de su clavícula.

-Te quiero Ed, y no sabes cuánto te agradezco que te preocupes por mi-Susurré, aun abrazándolo.-Pero no quiero meter en problemas a mi madre. Ya tuvo lo suyo con mi padre cuando nacimos Ash y yo.

Ed resopló en señal de rendición y abrazó mi cintura. Todo un cúmulo de emociones revoloteaban por todo mi ser, y raramente, podían ser calmadas sólo con el tacto de Edward.

-No quiero que te vayas.-Susurró en mi oído, haciendo estremecer cada parte de mi cuerpo.

-Sólo serán dos días.-Respondí.

-Dos días en los que estaré aguantando las ganas de coger un avión a Italia y traerte de vuelta a Londres, conmigo, tus amigos y tu verdadera familia.-Dijo remarcando lo último.-Simplemente no me da buena espina.

Me acurruqué en el cálido cuerpo de Ed, que besó mi coronilla para después recargar su barbilla en ella, mientras me envolvía en sus brazos, como si quisiera protegerme de algo.

-Tendrás que soportarme sólo por mensajes y Skype.-Bromeé.-Ashton vendrá conmigo todas las veces que vaya a Italia, piensa lo mismo que tú.

Él tan sólo se encogió de hombros.

-Mente de pelirrojos.

Golpeé con suavidad su hombro.

-Cállate, él ni siquiera es pelirrojo natural.-Respondí.-Lo único que podríais llegar a compartir es la estupidez.

Ed comenzó a reírse ante mi comentario. Se separó unos centímetros de mi y quitó unos mechones de pelo que estorbaban en mi frente.

Contuve la respiración cuando sus ojos azules me miraron fijamente. Y creo que notó mi incomodidad, porque su mirada seria cambió de pronto a una media sonrisa.

Cold Coffee. |Ed Sheeran|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora