10. (1/2 Maratón)

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1/2 Maratón

Mackenzie

-¿Mackenzie? Soy Ed, ¿podemos vernos en tu casa? Creo...creo que debemos hablar.

Miré hacia Alice, buscando alguna respuesta.

-Dile que venga a mi casa.-Susurró, a lo que negué con la cabeza repetidas veces.

-¿Y lo vas a llevar a tu casa? ¿Con tu madre? ¿Con el pelo de moco de tu hermano?

Tapé el altavoz de mi teléfono.

-¡Eh! ¡No te metas con el pelo de Ashton! Además, ya no es verde sino rojo.

La pelinegra puso los ojos en blanco y se tumbó de espaldas en el cómodo sofá de su casa.

-Oh genial, ahora es una compresa manchada.

Solté una carcajada.

-Creo que tú misma mencionaste que su alocado pelo de colores fue lo que te enamoró.-Y así es, mi increíble mejor amiga Alice Nicholls terminó su romance con mi hermano allá por el...mes pasado. Creo que no hacía falta explicar que la convivencia entre ellos aún no era del todo buena.

-No puedo creer que apoyes a tu odioso hermano antes que a mí, tu querida mejor amiga.-Colocó las manos en su cara.

-Agh, demonios no le doy la razón a nadie, yo sólo...-Una voz masculina me interrumpió.

-¿Hola? Eh Mackenzie, ¿Sigues ahí?

Destapé el altavoz rápidamente y lo coloqué en mi oído.

-Perdona Ed, ¿Te importaría si nos vemos en otro lugar? En mi casa...no va a ser posible.

-Oh, no importa, ¿Dónde quedamos entonces?-Preguntó.

Golpeé mis dedos contra la mesa, pensando un buen lugar para hablar.

-¡Ya sé! ¿Conoces la pequeña cafetería que hay a dos cuadras de mi casa? Es pequeña pero tranquila, creo que podremos hablar mejor ahí.

-Claro, ¿Nos vemos allí ahora?

Observé mi atuendo actual; Una vieja sudadera roja con el logo de Of Mice And Men, unos leggins negros agujereados y unas zapatillas con orejitas de panda, sin olvidar mi pelo recogido torpemente en una coleta. En pocas palabras, el conjunto perfecto para salir con un chico.
Oh, ¿He dicho que era una ironía?
-Mmm, y si nos vemos allí a las-Observé mi reloj, con una hora tendría suficiente.-¿Cuatro?

-Claro, nos vemos dentro.

-Adiós Ed.-Me despedí del anaranjado y colgué antes de que dijese una sola palabra; Tenía demasiadas cosas que hacer en ese momento.

-Alice...-No pude terminar mi frase.

-Ya, no digas nada y sube a mi habitación.-Se levantó de un salto y me arrastró bruscamente del brazo hasta su habitación.

-Técnicamente no estoy subiendo a tu habitación, si no que me estás arrastrando a ella.-Decía mientras íbamos por las escaleras. Hizo caso omiso a mi comentario y me sentó en su cama cuando llegamos a su habitación.

-Vale Macky, veamos que puedes ponerte.-Abrió el gran armario caoba y lo observó detenidamente.-Quizás...Este vestido rojo...o el floreado, ¡No! Esos vaqueros azules y esta camiseta, o esa de allí...-Comenzó a volear montones de camisetas, vestidos y todo lo que hubiese en ese armario. En medio minuto su habitación se convirtió en un completo caos.

Después de muchas quejas, elecciones y decisiones, Alice me pasó la ropa, que no era nada del otro mundo, sin embargo era bonito; Unos vaqueros negros, un sweater burdeos en la que se podía leer Normal People Scare Me, unas converse del mismo color del sweater y un gorrito gris era lo que había decidido llevar.

Solté mi pelo y me maquillé muy sencilla; Rímel, delineador y brillo de labios. Mientras terminaba de arreglarme cogí mi teléfono para ver la hora.

-Quedan diez minutos para las cuatro, si quiero llegar a tiempo tengo que salir ya.-Le dije a Alice, que estaba ordenando el desorden de ropa que había hecho antes.

-¡Suerte con tu pelirrojo!-Gritó desde su habitación, mientras yo ya estaba en el salón de su casa.

Me despedí de Alice y comencé a andar hasta llegar a la cafetería, que estaba no muy lejos de allí.

[...]

Miré mi reloj por veintésima vez.

-Las cinco y diez.-Susurré.

Llevaba más de una hora sentada en una de las mesas de la cafetería esperando a Ed, que no aparecía por ningún maldito lado.

Suspiré, estaba claro que no iba a aparecer. Me levanté del lugar y me dirigí a la puerta. Me sentía estúpida. No podía creer que me había dejado plantada después de todo.

Salí de la cafetería y comencé a caminar, ¿Hacia dónde? Ni siquiera lo sabía, ni me importaba en ese momento; Quería dar un paseo y despejarme. Me giré por inercia al escuchar gritos.

-¡Mackenzie! ¡Eh! ¡Mackenzie!-Observé a Ed con la capucha de la sudadera puesta, corriendo hacia mí como si se le fuera la vida en ello.

Se paró frente a mí y se apoyó en sus rodillas, intentando coger algo de aire.

-Demonios, creo que me he dejado un pulmón por el camino.-Dijo jadeando.

¿Qué podía decir en ese momento? Oh, hola Ed, una pregunta, ¿Por qué demonios me has dejado plantada hace más de una hora? Preferí quedarme callada y escuchar una respuesta.

-No sabes cuánto lo siento, pero...me han salido unos imprevistos y no podía irme de allí, ya sabes, el disco y las giras...Sé que debí haberte avisado, pero no creí que tardaría tanto.

-Pues lo hiciste.

-Lo siento.-Se volvió a disculpar.

-No te disculpes, es trabajo, no es culpa tuya.

Suspiró y colocó los brazos en su nuca.

-Gracias por comprenderme.-Esbozó una media sonrisa.

Intenté por todas las maneras de ignorar esa sonrisa, pero fue imposible.

-Bien, ¿De qué querías hablar?-Cambié de tema rápidamente.

Crucé mis brazos esperando una respuesta. Ed comenzó a mirar hacia los lados.

-¿Podemos ir a mi casa? Es muy cerca de aquí, no me gustaría hablar de esto en un sitio tan...público.

Suspiré y bajé mis brazos con desdén. Vale que sea famoso y mucha gente pagaría por saber que pasó cualquier día de su vida, pero con esto y lo del café, me tenía mareada.

-De acuerdo, vamos a tu casa.

Cold Coffee. |Ed Sheeran|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora