Me desperté al día siguiente a las siete de la mañana en cuanto sonó mi alarma recibiendo los rayos del sol a través de la ventana.
Me mantengo algunos minutos mirando al techo pensando la razón de mi existir en lo que mi vista se vuelve estable y mi cerebro igual.
A los tres minutos me levanto de la cama y voy a la ducha después de poner lista mi ropa.
Cuando estoy en la ducha el agua tibia invade toda mi espalda haciendo que me relaje instantáneamente.
Pienso en todo lo que pasó anoche mientras mi cuerpo de empapa y se relajan mis músculos.
Este día estará pesado si se trata del trabajo, solo soy niñera, pero me dijo la Señora Wilson que tendré que cuidar a los niños por otras tres horas, lo cual serían mas de doce horas claramente me pagarán más y por eso no puse una excusa.
Salgo de la ducha para después salir del baño a cambiarme.
Una vez lista, salgo de la habitación recibiendo los ronquidos excesivamente fuertes de Oliver.
Gracias a Dios Sara tiene el sueño pesado, hubieran terminado hace años.
Veo a Eros dormido en su cama no tan pequeña, lo cual no dura mucho porque en cuanto escucha mi pisada se levanta animado.
Eros es muy energético para estar recién despierto.
Acaricio al canino y voy a la cocina por su comida y le sirvo el agua en su tazón.
-Buenos días.
Escucho la voz de Oliver atrás de mi.
No se en que momento se dejaron de oír sus lamentos.
-Buenos días, feliz aniversario- Le recuerdo dejando la comida y agua de Eros en el suelo, ya que hoy cumplen siete años de relación con Sara.
-Este año si lo recordé, ¡ja!- Se burla recibiendo por mi parte que volteé los ojos.
-¿Y qué harán este año?- Le pregunto tomando mi teléfono para responder el mensaje de buenos días por Carlos.
-Planeo darle un anillo- Menciona como si nada sentado en el sofá.
-Eso es gen...¿Qué dijiste?- Cuestiono dejando de centrar mi atención teléfono.
-No un anillo como lo piensas, hace unas semanas pasamos por una joyería y le llamo la atención ese anillo- Levanta las manos en señal de paz.
Expulso todo el aire que tenía retenido aliviada.
-Que lindo gesto- Respondo antes de que mi timbre de alarma suene.
Después de despedirme de Oliver y pedirle que se despida de Sara por mi, salgo del departamento para cruzar el pasillo y llegar al ascensor.
Presiono el botón básico y espero unos segundos antes de que se abra y adentrarme hacia el.
Las puertas están apunto de cerrarse pero una mano se coloca en medio haciendo que se abran nuevamente.
Oh no.
Es Aaron.
Mi vecino extremadamente irritante.
Siempre que me lo encuentro busca una oportunidad ya sea para besarme o para sobrepasarse de cualquier manera.
-Hola nena.
Ugh, su apodo barato me dan ganas de llorar, pero mas su aliento.
-Aaron, tan temprano y ya molestando.
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Eres mi ángel
Подростковая литература¿Qué pasaría si alguien te dijera que el amor de tu vida llegaría a golpearte con una bandeja de plata la cabeza? Es algo muy raro para las personas normales pero una realidad para Samantha Connor, una joven que paso por años en la oscuridad hasta q...