Capítulo 31

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9:02 pm

—¿Qué? ¿No me vas a invitar a pasar?— aquel rubio tenía una sonrisa perversa en su rostro, mientras su hombro estaba apoyado en el marco de la puerta.

Esto no era real.

En cualquier segundo me levantaría, y nada de lo que pasó hoy ha pasado.

El... El no puede estar aquí, ahora, en frente de mi.

Negué con mi cabeza varias veces y tomé la puerta para cerrarla rápidamente, cosa que no pude lograr ya que aquel chico había puesto el pie en medio de la puerta y el marco.

—Vamos, linda ¿En serio tendrás tan mala educación como para no dejarme pasar?— de un empujón, logró abrir la puerta de manera brusca, por el impacto, tuve que alejarme unos centímetros de la puerta.

—¡Vete! ¡Quiero que te vayas!— pensando que tal vez se iría, comencé a golpear su pecho dándole varios empujones.

—Hey, hey, ¿qué pasa preciosa?, ¿no me extrañaste?

Decía algunas palabras pero hice caso omiso y seguí golpeando su pecho para empujarlo más.

De pronto, Chris soltó un bufido molesto y sin que yo lo notara, tomó mis muñecas de una manera brutal y las apartó de su pecho para apretarlas.

Solté un quejido y lo miré antes de empezar a tratar de liberarme de su agarre.

—Escucha, Sam, no vine hasta aquí para que me estés golpeando como si en verdad tuvieras el derecho— el tono de su voz sonaba realmente molesto, yo solo seguí tratando de quitar sus manos de encima de mi.

—Eres un imbécil— le escupí aquellas palabras y seguí con mis movimientos bruscos.

—Será mejor que te calmes si no quieres que lo pague tu noviecito.

Esas malditas palabras bastaron para que todo movimiento que saliera de mi cuerpo, se detuviera.

Lo miré y negué con la cabeza.

—No te atrevas— le dije con cólera y con odio, sentía como la presión en mi pecho llena de rabia comenzaba a hacerse presente.

—¿Qué crees?, si me atrevo— el chico soltó su agarre en mis muñecas y metió la mano en su bolsillo para sacar algo que realmente me dejó helada. —Con este bebé, podré deshacerme de Carson con solo un tirón de gatillo— sacudió el arma en su mano con una sonrisa realmente escalofriante.

—Dios, eres un grandísimo idiota— le dije con un sentimiento muy intenso de impotencia. Solo quería que se fuera y terminara todo esto. Sentía el como pequeñas pero gruesas lágrimas amenazaban con salir de mis ojos.

—Todos estos años te sirvieron solo para ser una insolente y dejar de respetarme, ¿dónde quedó el respeto que me tenías?— con un fuerte agarre, me tomó de la cintura y pegó nuestros pechos de manera violenta.

—Yo no te tenía respeto, te tenía miedo, pero ya no más,  Chris, será mejor que te vayas antes de que llame a la puta policía y ahora sí te metan a la cárcel— escupí dando el golpe más fuerte que pude en su pecho para separarme, cosa que, para mí sorpresa y alivio, funcionó, Chris dió unos pasos atrás y pude ver en su mirada sorpresa y enfado al mismo tiempo.

—Escucha, Sam, en cualquier momento puedo ir al maldito departamento ciento ochenta y dos y jalar de este bebé para acabar con tu idiota cuatro ojos, así que si quieres mantenerlo a salvo, será mejor que vengas conmigo.

—¿Cómo lo...?

En ese momento, todo cobró sentido.

El por que me sentí observada todo el tiempo que estuvimos en Silverdale.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2022 ⏰

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